El viento y el falso techo hicieron "prácticamente imposible" parar el fuego de Fandicosta

Una vez declarado, en principio por un cortocircuito, el fuego de Fandicosta fue "prácticamente imposible de parar" debido al fuerte viento del Sur y a las características del falso techo de la nave incendiada, según ha relatado este martes el sargento del Parque Comarcal de Bomberos de O Morrazo, Juan Jesús Mariño.

En un primer momento, se intentó extinguir el fuego desde el interior, pero "fue imposible, porque empezaron a caer cascotes desde el falso techo", ha rememorado.

El sargento ha explicado que los bomberos intentaron "hacer un cortafuegos por el medio de la nave", pero "se creó un tiro muy rápido de fuego longitudinalmente", y las llamas "avanzaban más rápidas de lo que se podía contener". Además, ha recordado que las instalaciones tenían canalizaciones conectadas con unos tanques de amoníaco, por lo que los esfuerzos de los efectivos de extinción se centraron en evitar que el fuego llegase a dichos depósitos.

Para ello, ha apuntado, se cerraron todas las válvulas de las canalizaciones por las que se distribuía el amoníaco desde los tanques, aunque se llegó a formar una "nube tóxica".

EMERGENCIA QUÍMICA

La situación se complicó cuando, ya de noche, comenzó a llover y las partículas de esa densa nube negra comenzaron a caer sobre los propios bomberos y el puesto de control de la Guardia Civil. "Hemos tenido que gestionar un incendio y una emergencia química", ha afirmado el sargento Mariño.

Durante la intervención, los efectivos tuvieron que utilizar equipos especiales de respiración, y se movilizó una unidad química NBQ (para caso de riesgo nuclear, biológico o químico). No obstante, aunque la activación del plan de emergencias (ya desactivado) incluyó un aviso de "confinamiento" para los vecinos de Moaña, Vilaboa y Redondela se realizaron mediciones, las mediciones realizadas por los propios equipos de emergencias determinaron que la concentración de amoníaco en el aire no era problemática.

TRASLADO DE FANDICOSTA

El presidente de Fandicosta, Ángel Martínez Varela, no está dispuesto a rendirse. A pesar del gran incendio que ha calcinado "el 50 por ciento" de las instalaciones de su empresa de congelados en Domaio, pretende "no tirar la toalla" y reanudar la actividad "ya".

No será fácil, el trabajo de desescombrar y volver a levantar la planta quemada podría llevar "un año o año y medio", pero mientras pueden trabajar "en otro lado". Martínez ha indicado que su intención es aprovechar la otra planta de que disponen en la zona --en la que ya están trabajando para dar la luz y ponerla en marcha-- y la planta que tienen en Vilagarcía. "Vamos a tratar de arrancar cuanto antes para no desatender a los clientes, que han mostrado una gran comprensión pero hay que atender lógicamente el suministro", ha apostillado.

En cuanto a la estimación de los daños y pérdidas, ha señalado que todavía "es muy pronto" para cuantificar porque además hay zonas en las que todavía "no se puede ni entrar", aunque sí que ha recordado que en la planta "hay una inversión superior a 4.000 millones de pesetas más la mercancía, que es muchísimo dinero también".

En concreto, se han visto afectadas una planta de transformación y la cámara de esa planta, dos cámaras grandes de aproximadamente 8.000 toneladas --que todavía arden por su aislamiento--, el frigorífico de la planta frigorífica y una planta de elaboración. "En las zonas que han ardido se ha perdido todo", ha lamentado, antes de afirmar que van pese a ello van "afrontar" la situación.