El gobierno catalán no quiere cenar con el Rey: ¡Qué pena!

Se suele afirmar que los gestos y las posturas dicen mucho de las personas. En política es también aplicable, aunque con matizaciones. En demasiadas ocasiones el postureo político/institucional viene marcado por intereses partidistas de todo tipo, sin tener en cuenta que cuando se gobierna, debe hacerse para toda la ciudadanía, no solo para los que les han votado, que es lo que suelen hacer muchos. Gobernar significa hacer cosas que no gustan, pero hay que hacerlas, además entran en el sueldo que perciben cada mes. No se hace distingo, sale de todos los impuestos que pagan la ciudadanía, no exclusivamente de los que les han votado. Por eso, los gobernantes deben tener mucho cuidado en sus actuaciones, Hacer lo que uno quiere solo es posible, y no siempre, en la vida personal y privada. Decía el escritor irlandés Jonathan Swift, allá por el siglo XVII que “la ambición suele llevar a las personas a ejecutar los menesteres más viles. Por eso para trepar, se adopta la misma postura que para arrastrarse. El paso de los siglos, la evolución y la modernidad no han sido capaces de cambiar la mentalidad del único animal que tropieza mil veces con la misma piedra.

Felipe VI en Barcelona @ep

Desde este miércoles hasta final de semana, Barcelona se convierte en el centro de la vida política y económica de España. Las ya tradicionales jornadas económicas que organiza cada año del Círculo de economía,- que ha cambiado Sitges por la capital catalana- tienen este año un significado especial: cambio de gobierno catalán, con Pere Aragonés al frente, que a priori con todo lo sucedido estos años de desgobierno y hojas de ruta lastradas, hacían pensar a los sectores económicos que las cosas podían cambiar de rumbo para reactivar con sentido común la economía catalana. El encuentro económico/político está despertando un gran interés. Los gestos, amén de las palabras de los importantes oradores que van a tomar parte en esta edición así lo hacen suponer. Tal es así, que el Rey Felipe VI y el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, estarán presentes en las jornadas...

Pero si alguien pensaba que el nuevo gobierno catalán con cambio de presidente, pero con los dos partidos que han gobernado los últimos años, iban a cambiar, se ha demostrado que hay cosas que no cambian. A la cena oficial que es costumbre celebrar, no van a asistir ni el presidente Aragonés ni ninguno de sus consellers, en un claro ejemplo de plante a al jefe del Estado. Esta situación ha incomodado al sector económico y político. Es un gesto de cara a su galería a la que debe obediencia “urnera”. Para que no se diga, el desplante solo es en la cena, en los otros actos si van a participar, faltaría más, es un plante a la carta . ¿Quien sale perdiendo en esta operación estética? Los que se excluyen, aunque vaya en el sueldo que deberían asistir como hace el monarca, que a buen seguro compartir el ágape con según quién, le puede sentar mal, pero también le entra en su sueldo cumplir con sus obligaciones. Decía Cicerón que “No hay fase en la vida, pública o privada, libre de deberes”. La profesionalidad en política es necesaria.

Como los gestos son importantes, este primer gesto del gobierno Aragonés no ha sido bien acogido, por innecesario y porque se vislumbra que pese a los esfuerzos que se están haciendo por parte del gobierno de Pedro Sánchez, -algunos son conocidos, otros no- parece que no es suficiente y que cada día va a ser más necesario que se visualicen que los partidos nacionalistas están doblándole la mano a presidente Sánchez. Mal, muy mal para un gobierno catalán que dice gobernar para toda la ciudadanía y para un gobierno español que hace esfuerzos. Las representaciones teatrales tienen los teatros, pero la política debería ser otra cosa.