El nuevo control de horarios en la hostelería puede reducir los abusos
Lugo es la provincia en la que menos crecerá el empleo en España, mientras se espera un "buen" comportamiento en Galicia
Lugo es la provincia en la que menos crecerá el empleo en España, mientras se espera un "buen" comportamiento en Galicia
La campaña de verano pondrá a prueba en Galicia la nueva normativa de control horario en sectores "muy precarizados" que aumentan su contratación en esta época como es la hostelería.
En conversación con Europa Press, los sindicatos mayoritarios en Galicia --UGT, CIG y CC.OO--, coinciden en mostrar su "escepticismo" por la falta de sistemas "objetivos" y "electrónicos" que no se puedan manipular para que no exista fraude. Para ello, remarcan la necesidad de que Inspección de Trabajo actúe, pero reconocen los "escasos" medios con los que tiene para hacer su labor.
La secretaria de Emprego de CC.OO., Maica Bouza, cree que el control horario puede "dar más luz" para "regularizar situaciones que se están dando" en relación "con los excesos de jornada". Con todo, reconoce que "se está cumpliendo poco", "queda mucho por hacer" y, "en general, no se ha implantado".
Sobre este extremo, el secretario de Emprego de la CIG, Fran Cartelle, es claro y avisa de que no tendrá incidencia mientras no se "empiece a sancionar a las empresas como es debido". Subraya que hay "grandes incógnitas" de cómo se va a llevar a cabo, mientras "muchas empresas no están al día ni siquiera negociando con los representantes de los trabajadores".
"Lo que se hace es que a las 10 entras y firmas un calendario laboral, si a las 11 no ha aparecido Inspección de Trabajo desaparece ese calendario y se firma otro", lamenta el responsable de Hostelería de UGT, José Antonio Boullosa.
Boullosa censura que, "al no ser un control electrónico y algo que no pueda manipular el empresario, el trabajo sigue estando preso". "Lo de papel y boli sabemos como es, un corto y pego, y se rompe cuando sea", critica.
LA ECONOMÍA SUMERGIDA SIGUE "A LA ORDEN DEL DÍA"
Uno de los puntos sobre los que llaman la atención los sindicatos es que "todavía sigue habiendo bastante" economía sumergida en la hostelería gallega, según explica el Boullosa. "El problema está en que se da de alta por cuatro horas, trabajan ocho y se paga en negro la diferencia", avisa.
En esta línea, el responsable de Emprego de la CIG asevera que está "a la orden del día", dado que hay "mucha gente obligada a trabajar total y absolutamente en negro". Además está "muy extendido" porque "es difícil de controlar".
Maica Bouza indica que "debería ser el año en que se consolidaran mejoras salariales" y en el que haya menos fraude en la contratación, ante las medidas implementadas, con una economía en expansión, pero advierte de que aún queda camino por recorrer. "Lo que esperamos es muy distinto da lo que pasa habitualmente", se queja.
Esta precarización se produce, según explica Bouza, en que "antes había una persona para un puesto de trabajo, ahora son tres personas ocupando una puesto de trabajo con jornadas de tres horas". Recuerda que en el último mes para crear 6.000 empleos se necesitaron 80.000 contratos.
A la hora de poder acotar la precariedad que vive el sector en su campaña con más demanda de trabajadores, los sindicatos señalan, además de a un efectivo control horario, que el uso de contratos fijos discontinuos pueden "ser interesante" para una mayor "estabilidad" para los trabajadores a lo largo de los años.
En lo tocante a la incidencia del salario mínimo en la campaña de verano, Boullosa reflexiona sobre que los convenios provinciales en Galicia de hostelería están por encima del Estatuto de los Trabajadores, si bien en Ourense está sin firmar y alguna categoría todavía queda por debajo.
LUGO, LA QUE MENOS CRECE EN ESPAÑA
En concreto, en Galicia se espera una "buena" campaña, con un aumento de la contratación del 8% respecto al verano de 2018, hasta alcanzar los 40.380 contratos, según las estimaciones de la empresa de recursos humanos Randstad. Entre el total, más de 9.000 se traducirán en indefinidos.
Por provincias, Pontevedra, con un 9,5%, y A Coruña, con un 9,2%, serán las que registren un mayor crecimiento en la Comunidad con respecto a 2018 --están entre los mejores datos del Estado--. Les sigue Ourense, con un aumento del 7,1%, mientras que Lugo se sitúa a la cola con un discreto 0,5%.
De hecho, esa ligera alza de Lugo es la menor de todas las provincias españolas. La siguiente con un avance más bajo es Valladolid (+1,9%). Randstad achaca esta situación a que en la provincia lucense hubo "crecimientos importantes en años previos".
Estos datos que maneja Randstad indican que la gallega se situará entre las comunidades que estarán por encima de la media estatal (+6,5%) en cuanto al aumento de las contrataciones veraniegas. Por encima de Galicia (+8%), se ubican Aragón (+9%) y Castilla-La Mancha (+8,7%).
CONOCIMIENTOS DE IDIOMA
Según explica a Europa Press el director de Randstad Research, Valentín Bote, el perfil de los empleos de la campaña de verano en Galicia "es similar" a otras comunidades, orientados a actividades turísticas y servicios comerciales, mientras se valora "la orientación al público, conocimientos de idiomas y experiencia previa".
"En el caso de Galicia, una pequeña diferencia puede estar asociada a la mayor demanda de algún idioma diferente al inglés, por el perfil del turista que visita la región", apunta en la comparativa del tipo de empleado que se busca frente a otras comunidades.
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