Las grandes compañías suelen temer que sus marcas consolidadas en el mercado salgan perjudicadas por nuevos productos con nombres parecidos. A veces esta desconfianza da lugar a un exceso de celo.


Es el caso de la batalla judicial que acaba de ganar una pequeña bodega de Meaño (en la comarca del Salnés) a Codorníu. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia permite a su propietario, Carlos Rey, comercializar el albariño bautizado como 'Anadigna' (en recuerdo a su abuela María Anadigna), al entender que no se va a confundir con el cava 'Anna' del gigante catalán.


"El parecido fonético entre ellas no es de la entidad suficiente para que pueda producir confusión en el mercado", reza la sentencia dictada tras el recurso de Codorníu. Y eso, unido a la "poca extensión y mínima producción" del vino. Del mismo modo lo entendió en un primer momento la oficina de patentes y marcas para dar luz verde a su solicitud.


Con tres mil botellas de su albariño ya etiquetadas, este bodeguero declara a La Voz de Galicia que perdió "un año completo" y le llevó ocho meses crear otra marca, que acabó siendo 'Nadigna'.


Sin embargo, el periplo judicial del nuevo vino no ha terminado, pues Codorníu puede todavía recurrir el fallo ante el Tribunal Supremo. "Le gané y le voy a volver a ganar. Cuando te dan la razón te sientes más fuerte", proclama Carlos Rey.


El bodeguero confía, por tanto, en que el alto tribunal le vuelva a dar la razón "porque el 'Anna' de Codorníu no lo confunde nadie".


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