Emre Çolak driblando a un contrario. RC Deportivo


Semana de calma en Riazor a la espera de la tormenta perfecta. El próximo domingo, los de Parralo visitan el Camp Nou con el objetivo de emular la hazaña lograda por sus homólogos vigueses y sacar algo positivo de su viaje al feudo culé. Sin duda, Messi y compañía están curados de espanto y saben que la visita del Depor al estadio del Barça es sinónimo de peligro, por lo que el partido está marcado en rojo en la agenda de Valverde en el camino hacia el título. Sin embargo, tras la victoria del sábado, a los blanquiazules les toca vivir el presente. Un presente centrado en dos nombres propios recuperados para la guerra por la permanencia: el guardameta Rubén Martínez y el centrocampista Emre Çolak.


Los dos jugadores fueron titulares en la victoria ante el CD Leganés y ambos cuajaron una muy buena actuación ante los madrileños. El turco completó su primer partido jugando más de 90 minutos en lo que va de liga, mientras que el cancerbero de Coristanco rompió su maldición como portero herculino manteniendo su portería a cero.


Para el arquero fue un partido especial, ya que supuso su primera victoria en liga como jugador deportivista. Además de mantenerse inédito (si bien no tuvo mucho trabajo ya que no le tiraron entre los tres palos en todo el partido), Cristóbal Parralo parece haber zanjado el debate de la portería eligiendo al coruñés como meta titular. Para este trotamundos del fútbol, el equipo de su tierra supone su noveno equipo como profesional, y en Riazor parece haber encontrado su lugar para demostrar sus condiciones bajo los palos.


Por su parte, Emre no estaba gozando del protagonismo que si tuvo la pasada campaña. El ex del Galatasaray no terminaba de encontrar su sitio en el once y Parralo tampoco parecía darle la alternativa. Sin embargo, la actuación de Çolak en Copa del Rey ante Las Palmas convenció al técnico herculino. Ante el Lega el turco volvió a dar un recital de fútbol, demostrando que es uno de los jugadores más técnicos del equipo. Su visión de juego es, junto con la de Mosquera, el diferencial de los gallegos, que necesitan la mejor versión del otomano para salir del pozo. Su entendimiento casi telepático con los otros jugadores del frente atacante blanquiazul le hace ganar enteros para entrar en el once en detrimento de Valverde.


La temporada es larga y todo puede pasar. Sin duda, un solo partido no es una vara de medir aceptable. En las manoplas de Rubén y en los botines de Çolak está la responsabilidad de demostrar que sus actuaciones no son flor de un día y que con continuidad pueden ser piezas importantes para el deportivismo. Pase lo que pase, Parralo cuenta entre sus filas con dos soldados más para la causa. 


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