Responsables de la patronal del sector del metal de la provincia de Pontevedra y los representantes de los sindicatos CC.OO. y UGT han celebrado este miércoles el acto formal de firma del nuevo convenio colectivo, que tendrá una vigencia de tres años y que afecta a casi 30.000 trabajadores.
Tras más de una docena de reuniones, la negociación entre las partes (que se inició en febrero pasado) concluyó la pasada semana con un preacuerdo suscrito por estos dos sindicatos. Por su parte, la CIG se desmarcó del pacto, al considerar que se "precarizan" las condiciones de los trabajadores.
Además de la vigencia de tres años, el acuerdo contempla incrementos salariales del dos por ciento para 2017, del 1,25 por ciento para 2018 y del 1,25 por ciento para 2019. También se incluye la cláusula de revisión salarial, "ligada al IPC real de cada año", además de otras mejoras como la voluntariedad en los desplazamientos para colectivos determinados, se mantiene la indemnización por fin de contrato eventual, y se obliga a las compañías multiservicio a "aplicar el convenio del Metal cuando operan en empresas de ese ámbito".
El portavoz de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (ASIME), Enrique Mallón, ha celebrado el acuerdo porque "garantiza la estabilidad" para las empresas en los próximos tres años y les permite "hacer sus previsiones con más tranquilidad". "Es un convenio garantista con los derechos de los trabajadores", ha incidido, y ha reconocido que los empresarios han "cedido" en cuestiones que inicialmente no querían aceptar, como la cláusula de revisión salarial o la regulación de las empresas multiservicio.
Asimismo, Mallón ha expresado su confianza en que este convenio pueda "provocar una mayor motivación en otras negociaciones, y que se puedan llegar a acuerdos próximamente", en alusión al "clima sociolaboral un poco revuelto que hay en Galicia".
SINDICATOS
Por su parte, la representante de UGT, Ana Belén Valiño, ha valorado que el convenio pactado incluye dos demandas que el sindicato considera "fundamentales": la cláusula de revisión salarial, que "garantiza el mantenimiento del poder adquisitivo", y la regulación de las empresas multiservicio, que "hacen mucho daño y fomentan la competencia desleal entre empresas y trabajadores".
Valiño también ha subrayado la importancia de que se haya alcanzado un acuerdo antes de entrar de lleno en período de vacaciones estivales, lo que permitirá que los trabajadores se beneficien de la retroactividad en los incrementos salariales y otras medidas de carácter social.
Por último, Celso Carnero, de CC.OO., ha lamentado la ausencia de la CIG en el acuerdo, y ha recordado que el sector Metal de la provincia de Pontevedra lleva "cinco convenios y 11 años" sin la presencia del sindicato nacionalista en esos acuerdos.
A su juicio, esta "estrategia política-sindical" es un hándicap para los representantes de los trabajadores, que se sientan a la mesa de negociación en una posición de mayor "debilidad".