El secretario xeral de Montes, Tomás Fernández-Couto, ha asegurado que la Xunta no descarta endurecer las sanciones para mantener el monte limpio. "No lo descartamos en absoluto", ha subrayado, justo después de mostrar su preocupación por "el alto nivel de incumplimiento" en lo que a la limpieza del monte gallego se refiere.


Por ello, el Gobierno gallego, ha explicado en una entrevista en Radio Galega recogida por Europa Press, está barajando la posibilidad de impulsar medidas "más contundentes". "La ley marca las distancias de las plantaciones y son extremadamente importantes", ha remarcado.


Preguntado por cuál será la posición del nuevo plan forestal con respecto al eucalipto, y con el gran incendio de Portugal todavía en la retina, el secretario xeral de Montes ha indicado que en dicho plan se buscará desarrollar medidas de regulación para conseguir el "equilibrio" entre las distintas especies.


El objetivo de este nuevo plan, ha continuado, es que sea "equilibrado", responda a las necesidades de los gallegos y sea "consensuado".


CONTROL DE LA VEGETACIÓN


La causa más generalizada de incendios, ha señalado Fernández-Couto, es el control de la vegetación. "Todo el mundo sabe en Galicia que en el verano no se puede hacer uso del fuego en el territorio rústico", ha subrayado, para luego defender la necesidad de que se utilicen medios mecánicos para desbrozar, y nunca el fuego.


Asimismo, ha apostado por ver cómo va evolucionando la climatología y ha indicado que Galicia todavía cuenta con el verde de la primavera. A continuación, ha señalado que la parte más preocupante es que los fuegos están "muy relacionados" en la comunidad con "la actividad incendiaria", a lo que en ocasiones su suman las condiciones atmosféricas.


A este respecto, se ha referido a los vientos del nordeste en Pontevedra y A Coruña, y a los vientos rachados del sur, "muy calientes en verano" en el sur de Lugo y Ourense.


No obstante, ha precisado que el número de incendios está disminuyendo en Galicia, pues actualmente, ha añadido, Galicia registra "una tercera parte de los números que tenía hace una década".

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