El Rápido de Bouzas ha hecho historia este fin de semana al consumar su ascenso a la Segunda División B del fútbol español tras doblegar al Perelada con un empate a 2 que fue suficiente por los goles con valor doble fuera de casa. 


Los vigueses consiguieron la proeza ante un Perelada teóricamente superior, pero que no pudo con la bravura de los de Bouzas. La formación gallega ni siquiera tenía preparadas primas o incentivos por el ascenso, pues no entraba en sus planes. 


Por ello la celebración improvisada intentó que estuviera al nivel requerido. La plantilla al completo del Rápido de Bouzas fue invitada al restaurante Bellavista Jardín del Norte, propiedad de Cándido Iglesias y con inversores de la talla de Leo Messi, entre otros. El restaurante, ambientado en un pueblo argentino, ofreció un buen escenario para la celebración de los jugadores.


Cuando el árbitro pitó el final, entre saltos y gritos y abrazos, uno de los nombres más recordados fue el de Baltasar Pujales, histórico presidente de la entidad fallecido en mayo del pasado año. 


Los cien valientes que fueron a Girona a animar a su equipo invadieron el campo para celebrar con sus gladiadores el ascenso, en territorio hostil, ante la mirada atónita de un millar de gerundenses. 

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