La integración de Banco Popular en la estructura operativa de Banco Santander se efectuará en un plazo que oscilará entre los 18 y los 24 meses, según fuentes del sector consultadas por Europa Press, que incidieron en que hasta que concluya el proceso de fusión Popular operará como una filial independiente de la entidad cántabra.


Este proceso culminará bajo la presidencia en Banco Popular del también presidente de Santander España, Rodrigo Echenique, designado recientemente como nuevo 'primer espada' de la entidad en sustitución de José García Cantera, quien mantendrá su puesto en el consejo de administración de Popular.


De hecho, los planes del grupo bancario presidido por Ana Botín contemplan integrar Popular dentro de la estructura de Santander España, división liderada por su consejero delegado, Rami Aboukhair, por lo que la desaparición de la marca Popular podría concretarse en este horizonte de dos años.


Uno de los puntos clave del proceso de integración será el acople de las plataformas informáticas de ambas entidades, un proceso que Santander realizará en un plazo de 12 a 18 meses, aunque fuentes del sector recordaron a Europa Press que en algunas integraciones financieras han convivido sistemas informáticos en paralelo sin impedir la operativa bancaria.


Banco Santander, que espera sinergias por importe de 500 millones de euros a partir de 2020, pretende que estos ahorros de costes permitan a Banco Popular obtener un beneficio neto de unos 570 millones de euros en 2018, de 825 millones en 2019 y de 950 millones de euros en 2020.


Además, el banco cántabro, que ampliará capital en 7.000 millones de euros para absorber Popular, espera que la adquisición de la entidad tenga un impacto positivo en su beneficio por acción de 2019 en adelante y que la operación le reporte unos retornos sobre la inversión de entre el 13% y el 14%.


Tras un periodo de transición desde la resolución del banco, Santander ya ha adaptado el comité de dirección de Banco Popular, que ahora está integrado por 14 miembros --dos tercios procedentes de Popular, y un tercio de Banco Santander-- para adecuarlo a la nueva situación de la entidad. El 30% de la nueva cúpula directiva son mujeres.


En relación con los riesgos de ejecución del proceso de integración, desde la agencia de calificación crediticia Standard & Poor's (S&P) has puesto en valor que Santander cuenta con experiencia en este tipo de operaciones, lo que "mitiga" los riesgos derivados de la fusión.


La agencia de calificación rebajó la perspectiva del 'rating' 'A-' de Santander al considerar que el propio proceso de integración retrasa futuras revisiones al alza de la nota de solvencia del grupo cántabro. No obstante, subrayaron que la adquisición es "positiva" para Santander.

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