Tras la absorción del Popular por parte del Banco Santander, se abre un interrogante sobre la situación del Pastor en Galicia y de sus empleados. En un comunicado emitido por Executivas de Galicia, María Bastida --profesora de Relaciones Laborales de la USC-- reconoce aún se desconoce el impacto que la operación va a tener en la estructura y el empleo de la entidad. “Cabe esperar que, entre los requisitos, haya alguno relacionado con la plantilla de la entidad, aunque el anuncio del recorte de una tercera parte de costes del Popular sugiere, cuando menos, una revisión de estructura y eliminación de duplicidades”.
A su juicio los trabajadores se enfrentan a “una etapa de incertidumbre que puede tener costes ante todo (y sobre todo) psicológicos, sino en términos de salud. La parte positiva es que la situación mejora la etapa precedente, así como el mensaje tranquilizador que ha lanzado el nuevo equipo directivo. Si el barco sigue a flote, siempre es más fácil mantenerse a bordo.
Cabe recordar que el consejero delegado de Santander, José Antonio Álvarez, ha afirmado que la plantilla de Popular "va a tener continuidad" tras la absorción de la entidad por parte de Santander, y ha apuntado que el impacto que la operación tendrá sobre las cuentas del segundo trimestre será "menor".
"La plantilla del Popular, cómo no, va a tener continuidad. Son magníficos profesionales que siguen teniendo que atender a los cuatro millones de clientes, porque durante un tiempo la integración operativa no estará realizada", ha señalado el segundo ejecutivo de Santander en declaraciones a los medios previas a su intervención en el Encuentro Bancario Iberoamericano, organizado por la Asociación Española de Banca (AEB).
El catedrático de Economía Aplicada de la USC, Luis Caramés considera que "Danièle Nouy, presidenta del Mecanismo Ùnico de Resolución (MUS) de la Unión dijo que el Banco Popular había llegado hasta aquí y mandó parar. La cotización de sus acciones había caído en torno a un 60 por ciento en un mes. Y ahora el que ha de poner en práctica este plan de resolución ha de ser el FROB".
El profesor Caramés recuerda que ya no hay fondos públicos para el rescate. "En aras del interés general no se ha liquidado el banco, así que los depositantes quedan protegidos y la cuenta recae sobre accionistas y los que detienen bonos subordinados". A pesar de ocupar casi un 20% del mercado de las Pymes, el Popular, indica el profesor Caramés, había acumulado mucho activo inmobiliario "tóxico".
Al final el Banco Popular "vale" mucho menos que los millones inyectados en la última ampliación. "La desconfianza, grave enfermedad en economía y finanzas, entró en el banco como la carcoma. Quizá haya más cosas, pero sobre ellas siempre se extiende un velo tupido", añade Luis Carames.