La compra del Banco Popular por parte del Santander ha suscitado incertidumbre y preocupación por el futuro de los puestos de trabajo en esta autonomía, pero también por el de la Fundación Barrié y sus inversiones.
Así lo han trasladado el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y desde el Ayuntamiento de A Coruña. Ambas administraciones han manifestado que estarán "vigilantes" ante lo que suceda a partir de ahora con los puestos de trabajo, pero también con la Fundación Barrié.
Hasta ahora, la actividad de esta institución se ha extendido a los ámbitos educativos y cultural, además de inversiones como la rehabilitación del Pórtico de la Gloria en la Catedral de Santiago.
Desde la Fundación Barrié, han preferido, por el momento, mantener silencio y no hacer ningún tipo de valoración sobre la situación de la entidad, que pierde su inversión en el Banco Popular con su venta al Santander por un euro.
50 AÑOS DE HISTORIA
La actividad de la Fundación no se resintió con la adquisición del Banco Pastor por el Popular pese a que la entidad financiera gallega mantuvo solo su marca en la comunidad autónoma, dejando de existir oficialmente tras más de 200 años de historia.
Sin embargo, la crisis del Banco Popular afectó al patrimonio de la Fundación Barrié, una de las más antiguas de España. Creada en 1966 por Pedro Barrié de la Maza, la institución centró sus esfuerzos en impulsar el desarrollo cultural y económico de Galicia.
Desde el fallecimiento de Carmela Arias y Díaz de Rábago -viuda de Barrié de la Maza-, asumió la presidencia de esta institución, José María Arias Mosquera, que hasta la compra por parte del Banco Popular fue también presidente del Pastor.
La institución, que era propietaria de más del 40% del Banco Pastor, llegó a tener un capital de más del 7% en el Popular, pero ese patrimonio quedó por debajo del 2% tras la última ampliación de capital.
INVERSIONES
Ahora existe temor de que una fundación gallega "dedicada a la mejora de las condiciones económicas y sociales" de Galicia, según recoge en su web, desaparezca y, con ella, sus actividades, entre ellas la concesión de becas de formación en el extranjero.
Así, en 2015 la Fundación destinó 1,5 millones a Acción Social; un millón al ámbito de la Ciencia; 2,5 millones a Educación y 3,6 millones a Patrimonio y Cultura. El total de patrimonio neto y pasivo ascendía ese año a 311 millones frente a los 372,5 millones de 2014, de acuerdo con el informe de sus cuentas anuales recogidos en su web.