Técnicos de la Estación de Viticultura y Enología de Galicia (Evega), ente dependiente de la Consellería de Medio Rural, han logrado introducir mejoras genéticas en la elaboración del vino albariño luego de un proceso de investigación llevado a cabo a lo largo de casi 30 años.


El proceso ha consistido en la selección de las mejores cepas de cada plantación para alcanzar un mayor potencial productivo y uvas de más calidad tanto en el nivel de acidez como del grado de alcohol, según ha informado la Xunta este domingo.


Así, la investigación se inició en 1990, año en el que arranca un proceso de selección de 112 cepas de albariño. En el 2000, los técnicos eligieron 34 "clones", procedentes principalmente del Salnés, para trabajar con ellos en la sede del Evega en Ribadumia (Pontevedra).


Tras esto, los investigadores fueron seleccionado durante seis vendimias aquellos clones que presentaban mejores resultados, bien porque producían más que el promedio o porque el grado de alcohol que presentaban era superior con una acidez inferior.


El proceso de investigación finalizó con la selección de 10 clones que cumplen con los "objetivos iniciales" propuestos por el Evega: "cepas de albariño con mayor potencial productivo, mayor grado alcohólico y menos acidez".


Así las cosas, el ente comercializará entre los viticultores estos "clones", al tiempo que continuará trabajando con los "pies madre". El Evega nació en 1997 y, desde entonces, desarrolla "labores de asesoramiento, orientación y ensayo especializados dirigidos a particulares y profesionales" del sector vitivinícola.

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