La Comunidad de Montes de Baíña, en Baiona, ha salido al paso de las acusaciones de una ganadera, Diana Pino, con quien se encuentran en litigios por el uso de los montes comunales para pasto de sus vacas, y han rechazado que el conflicto tenga un origen machista, al tiempo que han advertido de irregularidades en la granja que la mujer tiene en la zona.
El origen del conflicto está en el hecho de que los comuneros presentaron una denuncia porque Diana Pino dejaba a sus vacas pastar libremente y, según han explicado este jueves en una rueda de prensa, los animales causaban daños en las fincas y plantaciones de la Comunidad de Montes, a la que esta ganadera no pertenece.
El abogado Juan Blanco, y el presidente de los comuneros, Juan Domínguez, han explicado que existe una sentencia firme, que obliga a Diana Pino a recluir a sus vacas en un recinto, y le prohíbe el pasto libre en terreno comunal. Según han advertido, la ganadera no ha cumplido dicha resolución, y se han visto "obligados" a interponer una demanda de ejecución de sentencia.
Pero el enfrentamiento tiene otra vertiente, y es que Pino ha denunciado a la Comunidad de Montes por no aceptarla como miembro de esta entidad. Mientras que Diana Pino sostiene que cumple los requisitos para ser comunera y que esa negativa responde al hecho de que es una mujer (así lo expuso en un comunicado hace días), la entidad de montes ha subrayado que ni cumple esos requisitos ni la granja tiene las condiciones de seguridad y sanidad animal que exige la ley.
DEMANDA DESESTIMADA
La Comunidad de Montes ha explicado que Diana Pino no puede ser comunera ni beneficiarse del uso del monte comunal porque la granja que posee no es su vivienda habitual y no es vecina ni está integrada en la parroquia, con la que "no tiene vinculación".
Además, ha recordado que la demanda que interpuso fue desestimada, y que hay informes aportados a la causa judicial, tanto por parte de Seprona (Guardia Civil) como del Ayuntamiento de Baiona, que constatan que la granja no tiene abastecimiento de agua potable, genera problemas de vertidos al no tener sistema de evacuación de los residuos de los animales, no hay accesos y no dispone de licencia de primera ocupación.
El presidente de los comuneros ha ido más allá e incluso ha alertado del riesgo que supone esa instalación "a 400 metros del embalse de Baíña", que abastece de agua potable a Baiona.
El Ayuntamiento baionés ha salido al paso rápidamente de esas insinuaciones y ha garantizado la calidad del agua que consumen sus vecinos.
Así, y al margen del pleito entre la comunidad y la ganadera, que es una cuestión "particular", tanto fuentes municipales como de la propia concesionaria que gestiona el abastecimiento, han asegurado que todos los análisis certifican esa "calidad excelente" del agua.
VERSIÓN DE DIANA PINO
Por su parte, Diana Pino, en declaraciones a Europa Press, ha insistido en que la granja es su vivienda habitual, con agua potable (aunque no de la traída) y energía a través de placas solares. También ha insistido en que, como perceptora de ayudas, es sometida periódicamente a inspecciones veterinarias y "nunca" ha tenido ninguna sanción.
"Mi explotación es el trabajo de 17 años. No entiendo las mentiras, ni que intenten por todos los medios que me vaya. Es muy doloroso", ha lamentado, al tiempo que ha justificado que sus cabezas de ganado, en torno a un centenar, pasten de forma libre, puesto que así lo requiere una explotación de tipo extensivo. No obstante, ha negado que las vacas hayan causado daños en cierres o en fincas.
Diana Pino ha recalcado que tiene informes de la Policía Local que acreditan su residencia en la granja y que ha solicitado hasta en ocho ocasiones a la Comunidad de Montes que acepten integrarla en la entidad. "Parece que les molesta que una mujer pueda dirigir una explotación ganadera. Parece que les molesta que sea eficiente, trabajadora", ha incidido, y ha criticado que al resto de comuneros no se les exija tanto como a ella.