El constructor coruñés Antón Arias será el nuevo presidente de la confederación de empresarios de Galicia (CEG) al conseguir la mayoría simple de los votos de la asamblea en unas elecciones en las que él era el único candidato.
Con un censo actualizado de 184 vocales (40 por A Coruña, 32 por Lugo, 32 por Pontevedra y 30 por Ourense y los restantes 50 en representación de organizaciones sectoriales), Arias ha logrado el apoyo de 100 personas y el rechazo de 64, en una cita en la que el voto delegado ha vuelto a ser muy numeroso.
Los comicios se han celebrado en un clima de fuerte enfrentamiento, tras semanas en la que la comisión gestora (compuesta por los responsables de las provinciales) había decidido buscar un aspirante de consenso.
A última hora antes de que cerrase el plazo, sin previo aviso, los empresarios coruñeses, con el histórico dirigente Antonio Fontenla al frente, presentaron a Antón Arias, vicepresidente en esa confederación.
En los últimos tiempos la patronal gallega atraviesa graves dificultades, tanto económicas y financieras como de división interna por el poder, tras un convulso mandato del vigués José Manuel Fernández Alvariño, quien dejó vacante el puesto a finales de 2015.
Hace ahora un año, el ourensano Antonio Dieter Moure llegó a la presidencia de la CEG con la intención de pacificar la institución, pero lo hizo venciendo por únicamente 10 votos a su rival, José Manuel Pérez Canal, responsable de la confederación ourensana.
Ahora tanto Pérez Canal como Jorge Cebreiros (presidente en Pontevedra) se oponen a Arias --que sí tiene el respaldo de Jaime López (Lugo) y el propio Fontenla-- y auguran para él un mandato complicado, ya no tanto por su figura, sino por los modos en que se lanzó su candidatura.