Un hombre al que estafaron cien mil euros con billetes falsos -- con reuniones y entrega de dinero en la ciudad de A Coruña -- ha explicado, en el juicio que se celebra en la Audiencia coruñesa, que lo prestó pensando que iba a tener una "ganancia de 5.000 euros". "Caí de pardillo", ha admitido para explicar que tuvo que cerrar su negocio. "Me arruinó", ha indicado sobre su situación económica.
Lo ha hecho en una vista que se ha centrado en la declaración de testigos ya que el único acusado en esta causa -- Fiscalía señala la implicación de más personas cuya identidad no se pudo determinar -- no lo hará hasta el momento previo a la conclusión de la misma, en base al derecho de defensa que le asiste a este respecto.
Cuestionada la víctima sobre si fue a comprobar si el dinero que le entregaron era auténtico, afirmó que se desplazó, en las reuniones que mantuvieron, a un local pero que era "una oficina muy rara". También ha admitido que vieron su dinero pero que, en su caso, no pudo hacer lo mismo con el que recibió.
"Me dijeron que el dinero era bueno, yo confiaba", ha señalado también para indicar que le explicaron que el cambio era mejor hacerlo "por debajo de una mesa" -- el escrito fiscal apunta a una cafetería de la ciudad herculina -- y que se hacía todo "rapidísimo". "Empiezo a desempaquetar y se marchó al segundo", ha sentenciado sobre la persona que le entregó el dinero para precisar, respecto a los billetes, que "el de arriba y el de abajo, eran buenos, el resto nada".
HECHOS SEGÚN FISCALÍA
Para el procesado, Fiscalía pide tres años de cárcel. En concreto, sostiene que el hombre, en unión de otras personas "no suficientemente identificadas", buscaron obtener un enriquecimiento patrimonial ilícito.
Para ello, cometieron el timo conocido como 'Rip Deal', consistente en el cambio de billetes falsos por otros auténticos. Con este objetivo, el procesado, que decía actuar en nombre de un inversor, le propuso a otro un negocio consistente en cambiar 100.000 euros en billetes de 500, por billetes de 50, a cambio de una comisión de un 20% del dinero canjeado.
Este, "con la idea de obtener una ganancia por la comisión que le ofrecían", contactó con otra persona que, a su vez, le propuso el negocio a un amigo que disponía de ese efectivo.
El procesado se reunió con tres hombres en agosto de 2020 en Ponte Ulla, en el municipio coruñés de Vedra "y hablaron de un intercambio de 500.000 euros, de billetes de 500 euros, por billetes de 50". Además, les indicó "que su cliente disponía de cuatro millones de euros para cambiar por billetes pequeños".
En meses posteriores, mantuvieron encuentros para concretar el trueque del dinero lo que se materializó luego, pero con el cambio de auténticos por fotocopias. Alguna de las operaciones se hizo en una cafetería en A Coruña. De esta manera, el acusado, junto con las otras personas no identificadas, lograron hacerse con 100.000 euros.