La Administración Trump había convertido a Alemania en campo de batalla de su guerra cultural global. Desde enero, figuras del entorno del presidente republicano multiplicaron sus apoyos públicos a la AfD, llegando incluso a organizar actos conjuntos con sus líderes. Elon Musk utilizó su plataforma X para amplificar consignas contra la "inmigración descontrolada" y el "ecologismo radical", en línea con el discurso de Alice Weidel. Este asalto externo generó inquietud en capitales europeas, temerosas de ver repetirse el patrón británico del Brexit o la hungarización política.
Reconfiguración del eje franco-alemán
La Cancillería de Merz reactiva el motor franco-alemán tras años de parálisis bajo el gobierno de Olaf Scholz. El nuevo inquilino del Palacio Schaumburg ha anunciado que su primera gira europea incluirá París y Varsovia, priorizando la coordinación con Emmanuel Macron para "blindar la competitividad industrial europea frente a los aranceles estadounidenses". La alineación de Mertz con la visión gaullista de autonomía estratégica europea contrasta con el atlantismo tradicional de la CDU, forzando un realineamiento geopolítico.
Los planes de Mertz incluyen acelerar el Banco Europeo de Defensa propuesto por Francia, incrementar las inversiones conjuntas en tecnologías críticas y establecer mecanismos de protección comercial contra las subvenciones del Inflation Reduction Act estadounidense. Este giro hacia el europeísmo pragmático busca contrarrestar la narrativa sovereigntista de la AfD, ofreciendo una alternativa de patriotismo económico a escala comunitaria.
El fantasma de una Alemania coqueteando con el euroescepticismo se disipa cuando Merz reafirma su compromiso con "una Europa soberana capaz de decidir sin tutelas externas". Esta declaración, realizada horas después de conocerse los resultados, constituye un guiño directo al Elíseo. París y Berlín preparan ya una agenda conjunta para relanzar la autonomía estratégica comunitaria, especialmente en defensa y política industrial, ante el creciente desinterés estadounidense por el viejo continente.
Los desafíos de la nueva Europa
Merz hereda una Alemania debilitada por tres trimestres consecutivos de recesión, con una industria pesada lastrada por los costes energéticos y la competencia china. Su propuesta de "relanzar el capitalismo renano" mediante reformas fiscales y desregulación selectiva choca con la ortodoxia presupuestaria que París intenta imponer en la UE. El equilibrio entre estímulo económico nacional y disciplina comunitaria marcará los primeros meses de gobierno.
En el plano geopolítico, el gran interrogante reside en la capacidad de Berlín para articular una posición europea unificada frente a la Administración Trump. La amenaza de aranceles del 25% al acero alemán y del 10% a los vehículos eléctricos exige respuestas coordinadas que eviten la fractura entre estados miembros. La visita relámpago a Varsovia responde a este reto, intentando integrar a los países del Este en la nueva arquitectura de defensa europea que debería reducir la dependencia de la OTAN.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha considerado este domingo, después de la victoria electoral del líder de la Unión Democristiana (CDU), Friedrich Merz, en las elecciones generales alemanas, que su liderazgo "será clave" para el aumento del gasto en defensa.
"Felicidades a Merz por su victoria electoral en Alemania. Esperamos trabajar con usted en este momento crucial para nuestra seguridad compartida. Es vital que Europa incremente el gasto en defensa y su liderazgo será clave", ha expresado el jefe de la Alianza Atlántica a través de su perfil en la red social X.
Europa respira, pero sigue en alerta
El triunfo de Merz ofrece un respiro temporal a las instituciones comunitarias, demostrando que el centro político alemán conserva capacidad para contener el avance ultraderechista. Sin embargo, la normalización de la AfD como principal fuerza de oposición plantea serios riesgos a medio plazo.
La estrategia de Macron y Merz deberá combinar reformas profundas que recuperen el apoyo ciudadano al proyecto europeo con un discurso identitario capaz de disputar el terreno narrativo a los nacionalismos excluyentes.
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