Los tres años transcurridos desde la invasión rusa de Ucrania, el conflicto continúa causando un sufrimiento humano incalculable y devastando la economía e infraestructura del país. La guerra, que comenzó el 24 de febrero de 2022, se ha convertido en el mayor conflicto militar convencional en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Hasta el momento, los grandes conflictos en suelo europeo después de la última confrontación mundial habían sido Chechenia, precisamente en el Cáucaso ruso y las guerras yugoslavas. El hecho de que la Federación Rusa asumiese el papel de “heredera” de la Unión Soviética, supuso también la asunción de que la OTAN nunca llegaría a sus fronteras. Apenas llegado al poder, Vladimir Putin, veía como las repúblicas bálticas, recién independizadas y temerosas de sus vecinos rusos, entraban en la Alianza Atlántica rompiendo así el no acercamiento a las fronteras rusas. Lo último que quería Putin era que Bielorrusia y Ucrania también formasen parte de la Alianza Atlántica. Así, en 2014 ante la inestabilidad política ucraniana tras el Euromaidán, y el temor a futuros acuerdos con Europa, Rusia invade Crimena. Se inicia un período de ocho años de tensión entre los dos países hasta que, llegado Zelensky a la presidencia ucrania y siendo Putin conocedor de sus posiciones prooccidentales, Rusia inicia la invasión de Ucrania “para desnazificar” las regiones del este de este país.
Y LA AMENAZA SE CUMPLIÓ
Los EEUU avisaron de la enorme probabilidad de invasión hasta que al final el ejército ruso comenzó a invadir territorio ucranio. ¿Que había ocurrido? Lo dicho, el miedo de Putin a tener a la OTAN como vecino y Zelensky no haría ascos a esta posibilidad, de eso estaba convencido el líder ruso.
Las regiones invadidas al este de Ucrania eran rusófonas, aunque después de la independencia “muchas personas empezaron a ver la realidad” y descubrieron como habían sido rusificados. “Hace cien años en Harkiv se hablaba ucranio” dice Eva, refugiada en A Coruña. El caso es que de esta ciudad la gente huyó al oeste de Ucrania y los que quedaron se levantaron en armas contra los rusos, dice Masha Pavlenko, refugiada también en A Coruña y presidenta de la Asociación Galga de Axuda a Ucrania.
Europa envió armamento de todo tipo y Ucrania pudo frenar por un tiempo a los rusos. Aún así, el avance del Kremlin era lento pero firme y la tecnología occidental no parecía obstáculo para Moscú. El expresidente norteamericano, Joe Biden, finalmente envió armamento americano pero aún así, las cosas no cambiaron. Ahora, con Donald Trump en el poder de nuevo en EEUU, los ucranianos, dentro y fuera, tienen mucho más miedo que hace solo unos meses.
¿Y qué sucedía antes de la invasión de 2022? Eva señala que la gente vivía su día a día con normalidad, la mayoría no pensaba en que pudiese haber una guerra, solo algunos grupos del este advertían del posible peligro. Sobre el separatismo prorruso en esa área del país “es muy posible que haya sido incitado por Rusia desde hace años”. Una forma de ir preparando el terreno.
NEGOCIACIONES
Sobre las negociaciones entre Trump y Putin el sentimiento generalizado es de “indignación” pues se considera un “chantaje” el ofrecimiento de ayuda por parte de Trump a Ucrania a cambio de 500.000 millones de dólares en tierras raras. Esto llegó a su paroxismo cuando la administración Trump antes de abrir cualquier tipo de negociación quiso obligar a Zelensky a firmar el acuerdo por el que se quedaban los minerales ansiados.
De nuevo Donald Trump ha anunciado una nueva ronda de conversaciones de paz entre delegaciones estadounidenses y rusas, programada para el 25 de febrero en Riad. Esta iniciativa ha generado controversia y preocupación entre los aliados europeos y Ucrania.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha declarado que su país no aceptará ningún resultado de estas conversaciones, ya que Kiev no participa directamente en ellas. Los aliados europeos también han expresado su malestar por haber sido dejados al margen de las negociaciones. El viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, ha anunciado que se están llevando a cabo preparativos para una reunión cara a cara entre Trump y Putin. Esta potencial cumbre podría incluir conversaciones sobre cuestiones globales, no limitándose solo a la guerra en Ucrania.
“Esta negociación no es justa y está dando tiempo a Putin para frenar, rearmarse y volver a invadirnos” señala Pavlenko. El temor es grande debido a lo que no se dice sobre las reuniones entre Trump y Putin, sobre todo pensando en la pérdida de soberanía sobre las materias primas y las condiciones territoriales en que quedaría Ucrania.
REFUGIADOS
Transcurridos tres años desde el inicio de la guerra, en España se cuentan unos 220.000 refugiados, la mayoría mujeres y niños además de personas que no pueden combatir. En Galicia el número ronda entre los 900 y los 1.000 refugiados. Sobre todo se reparten entre Vigo y A Coruña. En esta última ciudad realizarán este 24 de febrero una manifestación a partir de las siete de la tarde que acabará en la Praza de María Pita. Desde allí se leerán comunicados y se pedirá el fin de la guerra.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estima que 10,6 millones de ucranianos están actualmente desplazados, lo que equivale a casi una cuarta parte de la población previa a la guerra. Dentro de Ucrania, 3,7 millones de personas se han visto desplazadas internamente, mientras que casi 6,9 millones de refugiados continúan recibiendo protección en otros países.
La destrucción de infraestructuras ha sido masiva, con más de 2 millones de hogares dañados o destruidos en toda Ucrania. A esto se suman los ataques repetidos sobre las infraestructuras energéticas han dejado a la población en condiciones precarias, especialmente durante los meses de invierno.
Actualmente la situación en el frente sigue siendo tensa. En febrero de 2023, Rusia movilizó cerca de 200.000 soldados para una nueva ofensiva en el Donbás. Por su parte, Ucrania lanzó una contraofensiva en el sureste en junio de 2023, aunque no logró avances significativos.
A medida que la guerra entra en su cuarto año, la comunidad internacional sigue dividida sobre cómo abordar el conflicto. Las nuevas iniciativas de paz lideradas por Trump han generado alguna esperanza pero mucha preocupación, especialmente entre los aliados europeos y Ucrania. El resultado de estas negociaciones podría tener un impacto significativo no solo en el futuro del conflicto, también en las relaciones internacionales en general.