El especialista en Endocrinología y Nutrición en Hospital General La Mancha Centro y miembro del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), el doctor Álvaro García-Manzanares, afirma que es aconsejable confirmar el diagnóstico de enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten no celíaca por un profesional antes de embarcarse en una dieta sin gluten, ya que es un tratamiento costoso y molesto de seguir.
En los últimos años, ha surgido la tendencia o moda de evitar el gluten entre población sana, de hecho en países como Estados Unidos se ha multiplicado la venta de los alimentos 'sin gluten' por 8 y se estima que hasta un tercio de la población quiere evitarlo a pesar de no tener un diagnóstico que obligue a su retirada. Quienes alientan estas dietas fundamentan sus argumentos en promesas de curación de enfermedades como la obesidad, el Alzheimer o depresión, siempre sin una base científica.
Por ese motivo, en el marco del 58 Congreso anual de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), que se ha celebrado del 19 al 21 de octubre en Málaga, el doctor García-Manzanares recuerda que "el gluten, en sí, no reacciona como un agente tóxico en personas sanas".
"Dejar de tomar gluten innecesariamente no genera problemas en nuestro organismo pero sí que es cierto que: estos productos sustitutivos, a menudo, tienen menor fortificación de vitaminas y una peor composición en sus grasas; nuestra cesta de la compra pueda encarecerse en unos 1.500 euros anuales, ya que los alimentos sustitutivos sin gluten son sensiblemente más caros; y limita la vida social", añade
Por todo esto, "es aconsejable confirmar el diagnóstico de EC o SGNC por un profesional antes de embarcarse en una dieta sin gluten, ya que es un tratamiento molesto de seguir y costoso. Evitando dejarse llevar por el consejo de un familiar o tras la lectura de un libro o un artículo por Internet".
El gluten es el conjunto de proteínas presente en los cereales que más se consumen (trigo, cebada y centeno principalmente), y es el origen causal de la enfermedad celiaca y posiblemente para la nueva entidad sensibilidad al gluten no celíaca. El tratamiento para la enfermedad celiaca es el abandono del gluten a perpetuidad para conseguir revertir lesiones y síntomas y para la sensibilidad al gluten no celíaca la dieta sin gluten ha demostrado ser la dieta más eficaz, aunque algunos pacientes también mejoran con las dietas específicas bajas en oligo, di y monosacáridos fermentables y polioles (FODMAP).
Teniendo en cuenta estos casos, "la dieta sin gluten puede resultar tremendamente sana ya que se basa en productos naturales, se aumenta la ingesta de fruta y vegetales, y se evita alimentos manufacturados y 'comida basura'", afirma.
UN LARGO DIAGNÓSTICO
La posibilidad de ser celiacos es de un 1 a un 2%, "existiendo grupos de riesgo como familiares con algún enfermo o personas con una patología autoinmune dónde la prevalencia puede ser de hasta un 10%". Esta enfermedad sigue siendo una gran desconocida y por cada nuevo diagnóstico se estima que hay de 5 a 12 celiacos sin diagnosticar.
Uno de los mayores problemas para el pacientes es el tiempo medio para el diagnóstico, ya que desde los primeros síntomas se suele dilatar de 3 a 17 años y más de la mitad de los casos que se diagnostican en la actualidad es en mayores de 50 años.