Foto: EP

 

Desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) ponen el acento sobre el número de intervenciones que se dan la última noche del año, con los más pequeños de la casa y los ancianos como los más damnificados por los atragantamientos que se dan en esta fecha, especialmente durante las doce campanadas.
 

Aunque tradicionales, las uvas, por su tamaño, su piel resbaladiza y el jugo que contienen, son un riesgo para muchos, especialmente los menores de cinco años, a los que aconsejan no consumirlas. 

 

Su ingesta sin masticar pueden provocar que se taponen las vías respiratorias y dificultar la respiración. Para los grupos de riesgo indican que deben servirse sin piel, sin pepitas y partidas en trozos pequeños, pero nunca en rodajas, para reducir el riesgo de asfixia.

 

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