A los dieciséis años Antonio Haz comenzó su vida profesional como percebeiro. “Somos tres generaciones” dice al teléfono. Su zona de trabajo es Muxía y áreas cercanas. Xavier Mariñas también es percebeiro desde hace veintidós años y “ahora no sé qué pasa pero el percebe no agarra en la roca”. Tampoco este animal se está reproduciendo en su época, primavera, ahora es “o bien antes de tiempo o cuando la primavera ya ha avanzado”. La sobreexplotación de los bancos de percebe no tendría sentido si se atiende al número de mariscadores que trabajan hoy en día. “Antes de las regulaciones en los años 90 había más de cuarenta personas, ahora somos unas veinticinco” dice Antonio. Además, este oficio tampoco es que tenga un relevo generacional asegurado, lo mismo que todo el sector pesquero.
¿QUÉ ESTÁ PASANDO?
Lo primero es que la cultura pesquera alrededor del percebe ha cambiado. De ir en barcos a remo recorriendo la costa, ir en pantalón corto, con chubasqueros y alpargatas, ahora los barcos van con motor fueraborda y los trajes de neopreno hacen más fácil el permanecer sobre las rocas. Lo mismo aplica a los furtivos, ellos también han recogido el guante de la renovación en métodos de pesca, pero no nos adelantemos. Vamos por partes.
El percebe no se reproduce con la misma intensidad que antes en sus localizaciones habituales, áreas rocosas batidas por el mar y escondidos en hendiduras donde también anidaban especies como el erizo de mar. Estas mismas áreas son las que ahora empiezan a desnudarse de percebe y éste no vuelve a aparecer, en su lugar queda lo que los mariscadores llaman “verdín”, una especie de alga.
Xavier Mariñas trabaja en el área de Coruña, incluyendo la zona de la Torre de Hércules y su tesis es que las depuradoras no hacen su trabajo. “La mayor parte de las aguas residuales no reciben tratamiento por deficiencias en el sistema de depuración”. Esto contribuye a que, por ejemplo, desaparezcan los nidos de reproductores, por ejemplo. La “cosecha” por tanto, no dará frutos.
Por otra parte, los furtivos esquilman los bancos que quedan y lo hacen de forma que su trabajo puede suponer 30 o 40 kg en una noche, posiblemente los siete días a la semana, señala Antonio, se podría hablar de un furtivismo profesional. Xavier apunta que las sanciones por furtivismo no frenan esta acción. “Sí, se les impone una sanción pero se declaran insolventes y no pagan”. Todo el dinero que manejan es en negro. Hubo intentos de legalizar furtivos pero “al no pagar cuotas” ya no podían renovar las licencias.
La solución, para algunos pasaría por ofrecer trabajo a estas personas (furtivos), que tuviesen ingresos fijos a fin de mes. Esto último porque, como apuntan los percebeiros consultados, en algunas áreas el o la furtiva es una persona que está cobrando algún tipo de ayuda social (Ingreso Mínimo Vital o la RISGA). Si es así, y al no poder hacer frente a las sanciones, la solución sería cruzar datos y retirarles las ayudas o que esas ayudas cubran la sanción.
¿COMPENSA SER PERCEBEIRO?
“Me gustaría jubilarme dando saltos sobre las rocas” suelta Antonio entre jocoso y serio. Su caso es el de un percebeiro a flote, se acerca con su embarcación a la costa y salta sobre las rocas. Después está el percebeiro a pié que simplemente se acerca andando hasta el lugar de recogida. Esta no es la única diferencia porque el percebeiro a pié no necesita justificar que sabe nadar, puede obtener una licencia tras un período de formación en cualquier institución que esté habilitada para ello.
El percebeiro a flote tiene un barco con lo que existen una serie de tasas a pagar: cofradía, lonja, autorización protuaria, local para guardar aparejos y la licencia para mariscar. Cada persona solo puede recoger 7 kg de percebe. En el caso de ir en una embarcación, si son dos personas cada una solo puede recoger la cantidad estipulada. Y es que, aunque la tripulación sea de dos o más personas, solo podrán recoger percebe aquellos tripulantes con autorización, los demás no pueden hacerlo.
También pagan su cuota de autónomos pero un gran problema es que no hay un salario fijo. “Además del percebe también me dedico al erizo y a la navaja” di Xavier. Con esto señala que los ingresos son fluctuantes y a veces una mala campaña se puede comer los pocos ahorros que hayas tenido de la anterior. De esta forma, es difícil que puedan pedir créditos o préstamos al no haber un ingreso fijo mensual.
Sobre los precios, en fechas navideñas el percebe puede triplicar su precio pasando, el de buena calidad de 70€ el kilo a 130€. Incluso el más pequeño puede pasar de los 20€ por kilo a sesenta o setenta. En verano se puede vender a restaurantes cercanos, incluso pidiendo una guía de transporte para poder enviar a otros lugares.
Hay varios condicionantes sobre la pesca del percebe. Los profesionales, sobre todo los de a flote, que tienen diversas tasas que pagar. El furtivismo, dinero en negro e ingresos para personas que no poseen licencia. Otros apuntan al cambio climático, la subida de temperatura en el agua del mar y cambios en los ciclos. En tal caso, la presión sobre este crustáceo es muy grande ante los precios que puede adquirir.