Este año se cumplen 175 años desde que en 1849, la reina Isabel II promulgara la Orden por la que se creaba el Guarderío Rural, con el objetivo de contribuir al  aseguramiento de la paz y el orden en los campos. “Hombres y Mujeres de buen criterio y prestigio entre sus gentes, que cuidarán como suyo lo que era de los demás y en los campos existe, pues  no cuanto hay en el campo es de todos”.

 

En la actualidad Guarda Rurales con sus especialidades de Caza, Pesca y Guardapesca Marítimo, son profesionales esenciales en los ámbitos en los que prestan sus servicios. Desde pósitos de marisqueo hasta cotos de caza como ejemplo, son los encargados de proteger los bienes, fauna y medio “como suyo”, ejerciendo un oficio tan vocacional como a veces tan poco conocido y reconocido.


Después de 175 años de existencia, tantos como la Guardia Civil, esta profesión ha sufrido cambios, a veces abusos e indiferencias por parte de las propias autoridades, que pueden verse como una decadencia y declive de la figura. Nada más lejos de lo que pueda parecer, han resistido a las vicisitudes dada la importancia de su trabajo de protección, seguridad y cuidado del entorno rural que les es propio, donde más dificultades existen para la llegada de los convencionales cuerpos de seguridad existentes, siendo a menudo sus ojos en  el campo y en el mar.

 

Hoy como orgulloso Guarda Rural habilitado aunque no ejerza, quiero felicitar y  poner en valor a los que son también mis compañeros y compañeras, reivindicando y poniendo en valor su figura en el que estoy seguro no será un cumpleaños cualquiera. La historia volverá a ser justa con el gremio como justa y necesaria fue la creación del Guarderío Rural en España.

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