Las autoridades portuguesas han informado del paso del buque ruso de investigación Akademik Tryoshnikov en aguas cercanas a su costa atlántica, lo que ha generado preocupación y aumentado la tensión en la región. El navío ruso, conocido por su avanzado equipo científico, ha sido objeto de vigilancia por parte de la Armada y la Fuerza Aérea portuguesas durante su tránsito por la zona económica exclusiva del país.
Según fuentes oficiales portuguesas, el Akademik Tryoshnikov, aunque oficialmente clasificado como buque de expedición científica, se dedicó presuntamente a tomar medidas de cables submarinos durante su paso por aguas cercanas a Portugal. Muchos de esos cables pasan frente a las costas de Galicia, aunque ninguno toca tierra en el país. Lisboa y Bilbao son los principales nodos de cables submarinos en la península.
La actividad del buque de Rusia, que ya ha abandonado la zona y se encuentra atracado frente al sur de Brasil, ha levantado sospechas sobre posibles intenciones de espionaje o recopilación de información estratégica. Más cuando hoy mismo se acaba de conocer el sospechoso corte de un cable de telecomunicaciones entre Alemania y Finlandia, que se produce justo después de que Estados Unidos haya autorizado a Ucrania a utilizar los misiles de largo alcance americanos ATACMS para golpear dentro del territorio ruso, una clara escalada del conflicto.
Se sospecha, por lo tanto, que el corte en el Báltico haya sido una respuesta rusa a la decisión del presidente americano Joe Biden y que el Kremlin haya dado órdenes al Akademik Tryoshnikov para localizar exactamente los cables submarinos en el Atlántico de cara a un eventual sabotaje.
La respuesta de Portugal, lastrada por el motín de un navío de guerra
La Armada portuguesa ha desplegado varios buques de patrulla para escoltar y monitorear de cerca al navío ruso. Además, aviones de reconocimiento P-3C Orion han realizado vuelos de vigilancia para mantener un seguimiento constante de las actividades del Akademik Tryoshnikov.
Con todo, el grado de vigilancia de Portugal a las actividades rusas podría no ser tan eficaz como presume Lisboa. Esta semana jefe del Estado Mayor de la Armada portuguesa, Henrique de Gouveia e Melo, admitió que un "plantón" de un grupo de militares lusos frustró la misión de la Marina de escoltar a un barco ruso de espionaje en aguas cercanas al archipiélago de Madeira.
"El navío ruso era un barco de espionaje que estaba realizando mediciones de cables submarinos e infraestructuras", explicó el jefe del Estado Mayor en declaraciones a los medios."Debemos reflexionar sobre el significado de esta situación en términos militares", subrayó.
El alto mando se refería al incidente ocurrido el pasado sábado, cuando 13 marinos de la fragata Mondego se negaron a embarcar para cumplir la misión, alegando que la nave presentaba fallos mecánicos, como un motor y un generador fuera de servicio.
Las autoridades portuguesas han expresado su preocupación por estas acciones, considerándolas una potencial amenaza a la seguridad nacional y a las infraestructuras críticas submarinas, como los cables de comunicación que conectan Europa con América y África.
Este incidente se produce en un momento de creciente tensión entre Rusia y los países de la OTAN. La presencia de buques rusos cerca de las costas de países miembros de la alianza atlántica se ha intensificado en los últimos años.
Sorprendente corte de cable submarino en Báltico de madrugada y sin registro de movimientos sísmicos
Un fallo inexplicable en un cable submarino de telecomunicaciones que conecta Finlandia y Alemania ha provocado una interrupción en los servicios de comunicación, según informó este lunes la empresa operadora del enlace.
El cable afectado, conocido como C-Lion1, es una conexión de fibra óptica de alta capacidad que se extiende por el fondo del Mar Báltico. La avería se detectó el domingo por la noche, causando una interrupción significativa en el tráfico de datos entre los dos países. Aunque la naturaleza exacta del daño aún no se ha determinado, la empresa operadora ha indicado que se están llevando a cabo investigaciones para determinar la causa y el alcance del problema.
Este incidente ocurre en un momento de creciente tensión en la región del Mar Báltico. En los últimos meses, varios países occidentales, incluido Estados Unidos, han expresado su preocupación por la presencia de barcos rusos cerca de cables submarinos de comunicación en diversas partes del mundo. Estas advertencias, sumadas a la historia de acciones hostiles de Rusia en la región, han aumentado las sospechas sobre un posible acto de sabotaje ruso contra esta infraestructura crítica.La ubicación estratégica del cable C-Lion1 en el Mar Báltico, una zona de gran importancia geopolítica para Rusia, refuerza estas sospechas. Además, el historial de Rusia de utilizar tácticas híbridas y de guerra cibernética contra sus adversarios hace que la teoría de un ataque deliberado sea altamente plausible.
Implicaciones y respuesta
La interrupción del cable C-Lion1 ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las redes de comunicación submarinas como las que pasan frente a Galicia y la importancia de su protección frente a posibles ataques de actores estatales hostiles.
Autoridades finlandesas y alemanas están trabajando en estrecha colaboración para investigar el incidente y restaurar las comunicaciones lo antes posible, mientras se mantienen en alerta ante posibles nuevas acciones de sabotaje.