El Partido Popular, liderado por Alberto Núñez Feijóo, está llevando a cabo una arriesgada estrategia política que ha desatado tensiones en el núcleo de la Unión Europea. Con el respaldo de Manfred Weber, presidente del Partido Popular Europeo (PPE), Feijóo ha impuesto un bloqueo a la candidatura de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea, generando una crisis institucional que afecta la constitución del nuevo Ejecutivo comunitario.
Una maniobra política en medio de la tragedia
El trasfondo de esta jugada política es la intención de desviar la atención de la gestión de Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, durante las recientes inundaciones provocadas por la DANA. Mazón fue duramente criticado por su ausencia en momentos clave, mientras los valencianos enfrentaban los devastadores efectos de las riadas. Para evitar que estas críticas escalen, el PP ha centrado su ofensiva en cuestionar a Ribera, vinculándola con la tragedia y buscando desgastar al Gobierno de Pedro Sánchez.
El pulso contra Von der Leyen
El bloqueo a Ribera no solo enfrenta al PP con el Gobierno español, sino también con Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, quien respalda firmemente la candidatura de la socialista española. Feijóo, en coordinación con Weber, busca debilitar la figura de Ribera utilizando tácticas que podrían llevar a su rechazo o dimisión. Este enfrentamiento ha paralizado el proceso de votación del nuevo Ejecutivo europeo, una situación que podría prolongarse hasta el 27 de noviembre.
Fuentes populares admiten que Von der Leyen está intentando recomponer el acuerdo entre los principales grupos políticos del Parlamento Europeo (PPE, socialdemócratas y liberales), pero el PP se muestra decidido a mantener su veto. La prioridad de Feijóo, según su entorno, es debilitar al Gobierno de Sánchez, aunque ello implique frenar decisiones clave en un contexto de inestabilidad internacional, marcado por la victoria de Donald Trump en Estados Unidos.
Las implicaciones internas
Esta estrategia tiene un doble propósito: atacar a Ribera y desviar las miradas de Mazón, quien podría ser señalado políticamente por su falta de acción durante la catástrofe en Valencia. El PP argumenta que Ribera no debe ser premiada con un puesto en la Comisión Europea, pero el desgaste de esta maniobra podría volverse en contra del propio Mazón, quien ha quedado en una posición vulnerable.
El costo político de la deslealtad
La decisión de Feijóo ha sido criticada por su falta de lealtad institucional, al utilizar la plataforma europea como un campo de batalla político interno. Este movimiento también genera incertidumbre en Bruselas, ya que pone en peligro el delicado equilibrio entre las principales fuerzas políticas de la UE y retrasa decisiones cruciales para el futuro del bloque.
Mientras tanto, el PP se muestra satisfecho con haber retrasado la votación del equipo de Von der Leyen, confiando en que este pulso político le permitirá acumular réditos internos. Sin embargo, las tensiones internacionales y las críticas por instrumentalizar una tragedia humanitaria podrían erosionar la imagen del partido y la de Feijóo como líder moderado en el panorama político español.