Dice un refrán popular que “la mejor defensa es un ataque” y también lo afirman aquellas personas que, siendo culpables, señalan a los demás sin asumir los errores propios: todos son culpables menos él.
Este viernes comparecía en las Cortes Valencianas el presidente de la Comunidad, Carlos Mazón. Una comparecencia muy esperada para conocer la versión sobre la actuación de su Gobierno, especialmente la de él, en  la Dana, con un balance aún provisional de 226 fallecidos y destrozos materiales que han dejado desolados a los habitantes de las poblaciones afectadas.

 

La verdad es que su intervención ha sido muy pobre. La culpa es de otros, no suya: de la fuerza del agua, de Pedro Sánchez, la ministra Ribera, la Confederación Hidrográfica del Júcar, las comunicaciones que no han funcionado, el tráfico,... Y justificó su tardanza a la reunión en el Centro de Coordinación de Emergencias por la saturación del tráfico. Todos son culpables, él no tiene nada que ver. Mazón ha dado la impresión de ser un mero observador y no el responsable de una actuación tardía y desastrosa. No se quien dijo que “asume la responsabilidad por tus acciones, nadie más que tú tiene culpa de sus consecuencias".  Pero eso no ha ocurrido con el presidente.

 

Como era de esperar, no habló para nada del “importante” almuerzo con una periodista, con larga sobremesa incluida, sin hacer caso de las llamadas o avisos que le habían  hecho llegar. Tan interesante debía ser la conversación que lo abstrajo de sus verdaderas responsabilidades: cuidar de sus conciudadanos que estaban viviendo un drama de dimensiones tan grandes que tardarán años en superarlo, si es que lo llegan a superar.

 

En esas dos horas de intervención en las Cortes del presidente valenciano ,su objetivo principal no era otro que presentar un proyecto “de futuro” con el objetivo de pasar de largo de su posible dimisión que todos, menos algunos miembros de su partido, estaban esperando, especialmente la ciudadanía valenciana. Decía el científico, investigador escoces/británico que “la única diferencia entre el éxito y el fracaso es la capacidad de actuar”. Esa percepción no es percibida por Mazón, porque no le interesa. Lo que sabe hacer muy bien es echar balones fuera, se le da muy bien, además de cantar.

 

La propuesta del presidente valenciano ha sido la de crear una Vicepresidencia de Recuperación que según él será el corazón de la estrategia de recuperación y la puerta de entrada de los proyectos del renacimiento. La encargada de llevarla será Susana Camarero, que además asumirá también la portavocía. Será la mujer fuerte del gobierno.

 

Que haya comparecido el presidente Mazón dando sus explicaciones que no han convencido ni a la mayoría de sus diputados, ni a buena parte de los políticos de la calle Génova, aunque de cara a la galería lo defienden, no significa que el tema haya terminado. Es más, acaba de empezar por la trascendencia de las consecuencias humanas y materiales de la DANA. Los partidos de la oposición no van a quedarse con los brazos cruzados y además de todo eso, que no es poco, está sentenciado a medio plazo. Se tendrá que marchar, le guste o no.

 

Los cabezas pensantes del PP nacional han ideado la respuesta para desviar la atención: meterse con la ministra y aspirante a Comisaria Europea, Teresa Ribera, a la que el mismo Feijóo ha tomado en sus oraciones, y   además involucrando a los populares europeos para que la española no se haga con el cargo. Una acción que le desacredita como español, él que tanto  habla de España, de su país. Es una actuación de un “mal patriota”, Palabra de la que se le llena la boca. Una oposición que le pasará factura.

 

Con esta situación de drama en Valencia y la estratagema de los populares para desviar la atención, y viendo cómo esto puede acabar, recordemos la actuación estelar de Carlos Mazón, cantante, que dice mucho de él: “Solo tú, solo yo. Uno mismo, tú y yo. Solo tu, solo yo”. Una letra de un calado intelectual innegable. Así es el presidente valenciano. Manifestaba la filósofa valenciana Adela Cortina que “existe la integridad personal, pero también está una integridad muy interesante que es la profesional.”. ¿Le suena presidente?
 

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