Las acciones de empresas farmacéuticas, particularmente aquellas involucradas en la producción de vacunas como Moderna o Novavax, han experimentado volatilidad tras el anuncio. Inversionistas temen que las políticas bajo Kennedy puedan afectar la confianza en las vacunas y, por ende, los ingresos de estas compañías.
Kennedy ha sido un crítico vocal de las vacunas, afirmando en entrevistas que "ninguna vacuna es segura y eficaz". Ha cuestionado la seguridad de las vacunas contra el COVID-19 y ha propagado teorías sobre supuestos efectos adversos no comprobados. En 2019, participó en una campaña contra la vacuna triple vírica en Samoa Americana, lo que coincidió con un brote mortal de sarampión tras una disminución en las tasas de vacunación.
Kennedy promete transparencia y un enfoque basado en evidencias científicas. Sin embargo, sus declaraciones pasadas generan escepticismo sobre su capacidad para liderar el sector sanitario en un momento crítico para la salud pública como prueba la pandemia de la covid ñ.
El nombramiento de Kennedy representa un desafío significativo para las empresas farmacéuticas y plantea interrogantes sobre el futuro de las políticas de vacunación en Estados Unidos.