Salón del Cómic Viñetas desde o Atlántico


 

 

El cómic español vivió una época muy creativa durante la Transición hasta los años 1990. Se produce entonces lo que algunos autores denominan el 'crack del cómic' en España que afectó tanto a editoras como autores y autoras, y esto dentro de ámbitos muy cosmopolitas y urbanos como eran Barcelona, Madrid, Sevilla o Valencia por mencionar algunos lugares. Sin embargo, existían lugares donde la presencia de creadores era anecdótica y la de editoras era inexistente y uno de esos lugares era Galicia. Inspirados por las creaciones relacionadas con la Movida Madrileña, A Coruña y Vigo vieron aparecer en los 80 fanzines como base para la creación de cómics vernáculos. En la siguiente década, según cuenta el creador Kiko da Silva, los fanzines sobre cómic dejaron de existir. Solamente la perseverancia, el trabajo duro y darse a conocer en plataformas como el Salón del Cómic de Barcelona, permitieron dar los primeros grandes pasos, entre ellos el 'Viñetas desde O Atlántico'. No solo eso, a partir de ahí se da una eclosión de autores y, sobre todo, autoras, porque pasar de una autora conocida, Emma Ríos, a tener varias en estos momentos, muestra cómo de corta y rápida ha sido la evolución dentro de la “banda deseñada” gallega que también ha dado el paso definitivo a la novela gráfica como otras lenguas.
 

COMIENZOS

Kiko da Silva recuerda que los años 1990 eran un erial después del 'crack del cómic español'. En el caso gallego, recuerda da Silva, en esa década ya ni existían fanzines monotemáticos sobre cómic. En esos momentos, si existía cómic en gallego al que se pudiese acceder eran traducciones sobre Asterix o Tintín. Manel Cráneo recuerda que en los 2000 seguía siendo difícil publicar hasta que se consolidaron herramientas electrónicas dentro de Internet que hicieron posible el enviar trabajos a través de la red. Pero no nos adelantemos.

 

En la época a la que nos referimos en el párrafo anterior había gente que sí deseaba vivir de la ilustración (aunque la ilustración en sí es otro género). El inicio de todo está en la creación de colectivos formados por personas que tenían los mismos intereses como 'BD Banda' o 'Frente Comixario'. Aún así, los referentes gallegos del momento, Miguel Anxo Prado o Daspastoras (Julio Martínez) trabajaban fuera o para fuera. El caso es que hubo que echarle esfuerzo e imaginación.

 

Kiko da Silva gana con 16 años gana el Premio Ourense de Banda Deseñada. A partir de ahí empieza una carrera tanto como dibujante como ilustrador y creador de viñetas para la prensa diaria. Formando parte de 'BD Banda' gana el premio al mejor fanzine en el Salón del Cómic de Barcelona en 2005 (el primer fanzine en ganar este premio redactado en un idioma que no era el español). Entre tanto, aparecía la revista 'Golfiño', un referente que tuvo dos épocas pero que permitió acercar la ilustración en gallego a los más pequeños.

 

El punto de inflexión para muchos es 1998 cuando nace 'Viñetas desde o Atlántico' un salón de cómic para autores y público, un evento que tiene como director a Miguel Anxo Prado hasta 2023 y en 2024 toma el relevo Manel Cráneo. En ese momento los autores y autoras gallegas pueden hablar de tú a tú con creadores de otros lugares de España y de otras latitudes. Pero es que además, como apunta da Silva, “de dio un cúmulo de circunstancia, entre ellas la aparición de los colectivos que más tarde dieron paso a los autores y autoras ahora conocidos”.

 

Justo tres años después del primer Viñetas desde O Atlántico nace el colectivo Polaqia. En sus diez años de vida (2001 a 2011) acogió nombres como Kike Benlloch, Bernal Prieto, Diego Blanco, Hugo y Sergio Covelo, José Domingo, Álvaro López, Emma Ríos, Brais Rodríguez, Roque Romero, David Rubín y Luis Sendón. De él salieron tanto guionistas como dibujantes. 

 

Adaptación cómic de 'Memorias dun neno labrego'


 

QUITAR COMPLEJOS Y TIRAR HACIA ADELANTE

“Existía aquella idea de 'cómics son cosas para niños' y no se pensaba en lo que más tarde sería la novela gráfica” dice Cráneo. Y es que la novela gráfica (“esos cómics gordos que leen los adultos”) fue una apuesta de muchos y muchas autoras, apunta cráneo. Y al final resultó. 

 

Si pensar en cómicos como algo solo destinado a niños, otro complejo era el de que apenas había mujeres autoras de cómics. Existía un referente, Emma Ríos, pero ahora existen nombres como el de Laura Suárez, ganadora del XIX Premio Castelao de Banda Deseñada 2024. Hay muchos más como Bea Lema o Begoña García-Alén. “La aparición del manga sirvió para que las mujeres empezaran a leer cómic” señala da Silva quien también señala al cómic de origen japonés como la matriz de la novela gráfica.

 

Pero la aventura del cómic gallego es compleja a pesar de grandes avances. Uno de los grandes problemas es la falta de ayudas oficiales. Kiko da Silva crea su taller “Garaxe Hermético” arriesgando parte de su patrimonio y Manel Cráneo tiene su editora 'Demo' por su cuenta y riesgo. ¿Y las grandes editoras no ayudan? Sí, casi todas las editoriales en gallego tienen una línea de cómics o libros ilustrados o novelas gráficas. 

 

Actualmente, el cómic gallego tiene una buena salud con buenos y buenas autoras y excelentes trabajos. El número de creadores y creadoras ha aumentado, en parte gracias a Internet que permite el acceso a herramientas para mejorar la calidad del trabajo. “El problema está en no saber gestionar la Inteligencia Artificial, porque esto puede llevar a que alguien sin ninguna noción pueda crear una historia con unos cuantos parámetros” describe Cráneo. 

 

El terreno para el cómic en gallego se ha ampliado tanto como el número de personas que desean vivir de él. Aún así, es posible que en cinco años, apunta Manel Cráneo, la creación se vea invadida de propuestas generadas por IA. “Por eso se debe apostar por el trabajo más 'artesano' y saber distinguir la calidad entre tanta cantidad”.

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