Lo que hay que hacer es dejar las diferencias ideológicas a un lado, lo importante son las personas y solucionarles la grave situación que están viviendo. Ya está bien de reproches
Dicen que la calidad humana se aprecia en la solidaridad demostrada en situaciones de desastres. La miseria humana también queda reflejada en los mismos. Lo bueno y lo malo forman parte de la condición humana. En conflictos, catástrofes u otros quedan patentes quienes pertenecen a una u otra.
En la gran catástrofe producida por la DANA en algunas poblaciones de la comunidad valenciana, en pleno desastre humano por la muerte, desaparición de personas que tienen desolados a familiares, amigos y vecinos de las zona, amén de las pérdidas materiales de miles de los afectados que han visto cómo en minutos, las trombas de agua se han llevado por delante todas sus pertenencias, sueños, recuerdos personales y todo por lo que han luchado a lo largo de sus vidas, ahora resulta que hay miserables que aprovechan la situación para robar en casas y comercios de las poblaciones afectadas. No les importa el sufrimiento que están viviendo esas personas que lo que necesitan es ayuda, no que les quiten lo poco que les ha quedado. Lo hacen aprovechándose del caos que se está viviendo en esas poblaciones.
Es que los ladrones no dejan de serlo en cualquier situación, no lo pueden evitar - mejor dicho, no quieren-. ¿Son estos de las poblaciones afectadas? Algunos sí, pero la mayoría acuden allí para sacar partido de las desgracias. No tienen escrúpulos ni sentimientos, solo les mueve la avaricia y poseer todo lo que no es suyo. No roban productos básicos de alimentación, sino productos que no son de primera necesidad: raquetas de tenis, joyas, entre otras cosas. Arrasan con todo lo que encuentran a su paso. Es la evidencia de que la desgracia es productiva para ellos. Lo que no esperaban esos delincuentes es la reacción de la guardia civil, que han detenido ya casi a 200 ladrones.
Por suerte, la solidaridad de miles de personas que han acudido a ayudar en todo lo que haga falta ha sido mayoritaria. Lo que significa que la gente, afortunadamente, no se queda inerte, sino que reacciona de la mejor manera posible, como debe ser. Toda España se ha movilizado de una manera u otra en ayudar a los afectados: envíos de comida, ropa, material, maquinaria, recogida de dinero… Entidades bancarias han realizado donaciones, lo mismo que empresas y ayuntamientos. Ha sido y sigue siendo una solidaridad extraordinaria, que supera con creces a los ladrones.
Las críticas a las actuaciones de la Generalitat valenciana y al Gobierno de Pedro Sánchez, han sido y siguen siendo noticias diarias, con acusaciones mutuas de quienes tienen la culpa de lo sucedido. La verdad es que el gobierno que preside Mazón, novato por cierto y con asesores sin experiencia de gestión, no han sabido gestionar la grave situación. Si a eso añadimos que el presidente Mazón estaba comiendo con una periodista amiga para ofrecerle la dirección de la radiotelevisión autonómica… La pregunta es: ¿El presidente de Valencia tiene que contratar a la directora del medio público de su comunidad? Es evidente que no. Que su trabajo es otro, y más cuando le habían avisado de la situación que se estaba viviendo. Vamos, que estuvo comiendo hasta pasadas las 18 horas, con una larga sobremesa . Eso produjo que llegara tarde a la reunión del CECOPI, que es el máximo órgano de decisiones en situaciones de emergencia. Los alcaldes no entendían como en un día de fuertes lluvias no se hubiera convocado por la mañana la reunión y se produjera a las cinco de la tarde.
Mientras, el gobierno de Pedro Sánchez, dicen que había avisado de la alerta roja. No se hizo caso. Lo cierto es que un desastre de esta magnitud es imprevisible, ¿o no? Y que el problema ya viene de lejos con la construcción de viviendas en zonas inundables. No hay que olvidar que la Unión Europea ya avisó en reiteradas ocasiones de la fiebre urbanística del gobierno valenciano en las etapas de Zaplana y de Camps. Ahora habrá que replantearse que se puede hacer para llegar a un acuerdo conjunto y solventar de la mejor manera posible la situación que es tremenda,
Lo que hay que hacer es dejar las diferencias ideológicas a un lado, lo importante son las personas y solucionarles la grave situación que están viviendo. Ya está bien de reproches, a dialogar, porque si no es así, mal andamos en este país. Ahora toca trabajar en la misma dirección, no cada uno en una dirección diferente. Lo han demostrado los voluntarios con su participación, que se puede ser solidario sin preguntar lo que piensa o a quién han votado: lo importante es ayudar cada uno como pueda y salir adelante. La solidaridad, no la intransigencia, es lo que prima cuando la situación lo requiere.