Inspirado por la convivencia con su gata Eme, el investigador Anxo Fariña Biasi, recientemente integrado al Instituto Galego de Física de Altas Enerxías (IGFAE), ha publicado en la American Journal of Physics un artículo en el que formula una “ecuación de movimiento gatuno.” Con un enfoque novedoso, Fariña propone modelar el comportamiento de los gatos en presencia de personas, utilizando la mecánica clásica.
El modelo utiliza conceptos de mecánica clásica, incluyendo términos estocásticos y de forzamiento periódico para explicar comportamientos como el ronroneo. Los autores concluyen que este trabajo establece una base para explorar otras características de la interacción gato-humano desde una perspectiva física, y sugiere la posibilidad de extender el enfoque a otros tipos de interacciones entre animales y humanos
El propósito educativo y divulgativo
Fariña señala que su artículo fue concebido como una forma de “acercar la física a quienes no son expertos, usando un ejemplo divertido que ayuda a comprender conceptos básicos de mecánica.” Según el físico, la ecuación modela el comportamiento de un gato como si fuera una partícula sometida a una fuerza inducida por la presencia de una persona. De esta manera, se pretende mostrar de forma accesible cómo los científicos construyen modelos físicos.
Este enfoque lúdico, inspirado en situaciones cotidianas, podría ser particularmente útil en la enseñanza de la mecánica clásica, especialmente en niveles introductorios. "Mostrar este tipo de dinámicas hace que sea más fácil visualizar los conceptos, reduciendo la necesidad de abstracción", señala el investigador. En su opinión, “aunque la historia pueda parecer una broma, permite introducir a los estudiantes en los procesos de razonamiento de la física”.
En el artículo, Fariña explica que partió de siete pautas de comportamiento que observó en Eme para construir la ecuación. Su hipótesis plantea que “los gatos reaccionan como si percibieran una fuerza en torno a las personas.” Así, modeló el movimiento de los felinos como el de una partícula que obedece las leyes de Newton, incluyendo una “fuerza” dependiente de la proximidad de la persona y un coeficiente de fricción que representaría el cansancio del animal.
El resultado, según Fariña, es una ecuación que describe patrones comunes en el comportamiento de los gatos, como su tendencia a no acudir cuando son llamados o su disposición a permanecer cerca de su dueño en determinados momentos. En el análisis de esta dinámica, el investigador observa cómo los gatos reaccionan a la cercanía humana y propone que las interacciones con las personas generan un “potencial” que influye en sus movimientos.
¿Por qué nos ronronean los gatos?
Además de analizar el movimiento, el estudio explora el famoso “ronroneo” de los gatos, que Fariña interpreta como una especie de estabilización emocional entre el felino y su dueño. Este proceso, según su teoría, fortalece temporalmente el vínculo afectivo entre ambos, ya que el ronroneo estimula a las personas a continuar acariciando al gato, creando así un ciclo de estabilidad.
También se abordan los conocidos episodios de actividad frenética nocturna, o “zoomies.” Según el físico, estos momentos requieren la adición de un elemento aleatorio en la ecuación, ya que representan una descarga de energía que varía entre gatos y que parece espontánea.