"Acabará costando 30 millones, ya lo veréis". El vaticinio de Luís Campos, "gurú" del mercado de fichajes que llegó a Vigo como una revolución y se fue por la puerta de atrás de Balaídos, comienza a ser una realidad. La profecía del francés era que Williot Swedberg, un muchacho de apenas 18 años que aterrizaba en la ciudad olívica desde Suecia y siendo un gran desconocido para el gran público. La falta de fama no impidió al Celta de Vigo desembolsar más de 5 millones de euros en una operación arriesgada y que durante mucho tiempo fue criticada por un sector de la afición, que ahora parece recapitular al ver el buen nivel del Hammarby.
DE MENOS A MÁS
Y es que este 2024 Swedberg es, por fin, ese jugador talentoso y diferencial que se prometió a la parroquia celtiña. Ha costado, porque en tres temporadas sus presencias han sido más bien testimoniales. Internacional con las inferiores de Suecia y en dinámica del primer equipo desde su llegada, en el primer año apenas participó en cuatro choques ligueros en los que no llegó a sumar ni una hora de juego. 33 minutos contra Osasuna es su debut fue lo máximo que le concedió Carlos Carvalhal, toda vez que Eduardo Coudet no le dio ni la alternativa el tiempo que lo tuvo a sus órdenes.
El curso siguiente no fue mucho mejor. Rafa Benítez le dio contadas oportunidades, aunque Swedberg respodió con goles que valieron puntos: primero en el 2-3 del Celta al Almería en la primera victoria del equipo el año del centenario; luego salvando la cabeza del madrileño en el primer partido de 2024 ante el Betis. En los dos choques resolvió el partido en el tiempo de descuento. También en el empate ante el Cádiz vio puerta, aunque ese día fueron los amarillos los que sorprendieron en el añadido.
No fue hasta el cese de Benítez y la llegada de Claudio Giráldez que su suerte cambió. El de O Porriño confió en los jóvenes y vio las virtudes de Swedberg, que ya el curso pasado, en la recta final, disfrutó de titularidad y minutos de calidad. Con él en el campo, el Celta pudo lograr la salvación, también con sus celebraciones ante Las Palmas y Athletic. Se ganó, incluso, debutar con la absoluta de Suecia en un partido amistoso.
UN FIJO PARA GIRÁLDEZ
Paciente y trabajador, la vida de Swedberg ha cambiado desde que Giráldez tomó los mandos. Ha participado en los diez partidos de liga y, tanto cuando ha salido de refresco como cuando ha actuado de titular, ha sido una pieza importante para el preparador. En el debut liguero marcó y asistió para el 2-1 final ante el Alavés y este sábado contra el Real Madrid anotó el gol celeste y disfrutó de varias ocasiones que pudieron dar algún punto a los vigueses.
Tiene desparpajo y ambición, solo le falta afinar la puntería y tomar mejores decisiones en tres cuartos de campo. De momento, ha demostrado que los que le echaron el lazo vieron algo que los demás hemos tardado un poco más en descubrir. Mimbres tiene, desde luego. El chico de oro, aquel que llegará a valer 30 millones, sigue subiendo su cotización.