Rebajas de la Xunta favorecen a fondos y no a arrendatarios, alerta Sindicato de Inquilinos
lunes, 21 de octubre de 2024, 10:19
Por ejemplo Sindicato de Inquilinos de Vigo ha manifestado su rechazo a la iniciativa, calificándola de incoherente. Adolfo Telmo Pérez, portavoz de esta organización, señaló que la reducción del 75% en el tributo por actos jurídicos documentados puede ser aprovechada por grandes empresas, como fondos de inversión -los conocidos como fondos buitres- o constructoras, que luego alquilarían los pisos a precios elevados, similares a los actuales. "Este incentivo fiscal no garantiza que se ofrezcan viviendas a precios accesibles, sino que más bien parece un regalo a los promotores", aseguró Pérez en declaraciones a RNE.
Convocatoria de movilización y demandas sociales
En respuesta a estas medidas, el Sindicato de Inquilinos de Vigo ha convocado a una asamblea el próximo 25 de octubre a las 20:00 horas en el bar Novo de Séneca, en la calle López Mora. Durante el encuentro, se debatirán propuestas como la prohibición del alquiler turístico, la reducción generalizada de los precios del alquiler, y la construcción de vivienda pública destinada exclusivamente a alquiler. Entre sus demandas, también se incluyen medidas como destinar el 1% del PIB a vivienda pública, prohibir la venta de viviendas públicas a fondos de inversión y aumentar el parque de vivienda social.
Pérez subraya que la normativa incluída en la Ley de Presupuestos por la Xunta no hace referencia alguna a la promoción del alquiler social. A su juicio, las bonificaciones fiscales se dirigen a "beneficiar a los propietarios y promotores", mientras que no se prevén medidas que protejan a los inquilinos más vulnerables.
Exigencias de cambios en las políticas de vivienda
Entre las propuestas que el sindicato presentará en la asamblea destacan la expropiación de viviendas en manos de fondos de inversión, el cierre de pisos turísticos para destinarlos a alquiler residencial y la eliminación de desahucios sin una alternativa habitacional digna. Asimismo, plantean la despenalización de la ocupación de viviendas vacías y la imposición de mayores impuestos a viviendas vacías y a las sociedades de inversión inmobiliaria (SOCIMIs).
La organización llama a los ciudadanos afectados por la situación del mercado inmobiliario a participar en las movilizaciones, advirtiendo que, de no implementarse medidas para regular los precios de los alquileres, la situación seguirá siendo insostenible para muchas familias gallegas.
¿Cómo ha evolucionado el mercado del alquiler en Vigo?
El precio del alquiler en Vigo ha experimentado un aumento significativo en los últimos años, alcanzando nuevos máximos históricos. Según datos del portal inmobiliario Idealista, el coste medio del alquiler en la ciudad olívica se sitúa actualmente en 10,2 euros por metro cuadrado, lo que supone un incremento del 8,9% en el último año. Este crecimiento ha convertido a Vigo en el mercado de alquiler más caro de Galicia, superando incluso a ciudades como A Coruña y Santiago de Compostela.
La tendencia alcista se ha mantenido constante durante la última década. Desde agosto de 2014, el precio del alquiler en Vigo ha aumentado casi un 46%, casi el doble que el incremento experimentado por las viviendas en venta durante el mismo periodo. Este fenómeno ha llevado a que muchos ciudadanos se planteen la compra de vivienda como alternativa, dado que la diferencia entre pagar un alquiler y una hipoteca se ha reducido considerablemente.
Los expertos atribuyen esta escalada de precios a varios factores, entre los que destacan la escasez de oferta de vivienda en alquiler tradicional, el auge de los pisos turísticos y la falta de un Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) actualizado, aún está en trámite su revisión final, que permita la construcción de nuevas viviendas. Además, la implementación de la nueva Ley de Vivienda no parece haber tenido el efecto deseado en la contención de precios. Como resultado, alquilar un piso de 100 metros cuadrados en Vigo cuesta ahora unos 310 euros más al mes que hace una década, lo que supone un desafío creciente para muchos residentes de la ciudad.