Los 65 exconsejeros y directivos de Caja Madrid y Bankia se sientan a partir de este lunes en el banquillo de la Audiencia Nacional por el caso de las 'tarjetas black' que usaron entre enero de 2003 y mayo de 2012.
Entre ellos se encuentra el expresidente de la entidad madrileña Miguel Blesa, que reclamó a principios de esta semana la autorización del juez instructor Fernando Andreu para depositar los 436.688,42 euros que cargó en su plástico. El magistrado ha dado su visto bueno este viernes, según han confirmado a Europa Press fuentes jurídicas.
Otros 36 acusados entregaron antes de mediados del pasado mes de julio las cantidades gastadas. En concreto, la Audiencia Nacional había recuperado a 12 de julio 1.258.200,84 euros en efectivo entregados por 27 de los acusados. Otros nueve prestaron garantías hipotecarias por importe de 525.708,08 euros. Un total de 1,7 millones, muy lejos de los 12 que gastaron.
JUICIO
El juicio por las tarjetas 'black' arranca este lunes y sienta en el banquillo de los acusados a 65 exconsejeros y directivos de Caja Madrid y Bankia, entre ellos sus respectivos presidentes, Miguel Blesa y Rodrigo Rato, para quienes la Fiscalía Anticorrupción pide penas de entre uno y seis años de cárcel por delitos de apropiación indebida.
Se trata de una de las citas judiciales más mediáticas -hay más 65 medios acreditados-- que llega tras más de dos años de investigación que llevaron al juez instructor del caso, el magistrado de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, a concluir la existencia de indicios de que los altos cargos --entre ellos representantes políticos y sindicales-- de las entidades se gastaron 15,5 millones de euros entre 1999 y 2012 en gastos personales.
No obstante, solo se juzgará la etapa posterior a 2003 -durante la cual los procesados gastaron 12 millones de euros con las tarjetas- debido a que el resto de la responsabilidad por los gastos ha prescrito y no puede ser juzgada. El juez instructor concluyó que las tarjetas fueron emitidas "sin respaldo contractual alguno", que su uso "no tenía como finalidad gastos de representación" y que, consecuentemente, el dinero debía considerarse como una retribución "irregular".
El juicio, que se celebra en la sede de la Audiencia Nacional de San Fernando (Madrid), arranca con cuestiones previas que continuarán el 27 de septiembre. Según el calendario establecido, la Sala de lo Penal tiene previsto comenzar los interrogatorios el 30 de septiembre y finalizarán el día 7 de ese mes y tras el turno de testigos y expertos periciales, el juicio quedará listo para sentencia el 23 de diciembre.
VIAJES, ROPA DE LUJO Y JOYAS
Los 65 cargaron a su tarjeta gastos de joyerías, tiendas de ropa, restaurantes, viajes, ropa de marca o menaje del hogar. Durante el tiempo que hizo uso de su tarjeta, Rato se benefició de estancias en hoteles de cuatro y cinco estrellas, de accesorios de Louis Vouitton, o de compras en diversos bazares (en una realizada en diciembre de 2010 abonó 2.439 euros), según se desprende del desglose de gastos.
El exvicepresidente de la entidad crediticia madrileña y exmiembro de Izquierda Unida, José Antonio Moral Santín, cuenta con cerca de 400 cargos en restaurantes si bien casi la totalidad del importe que se le atribuye corresponde a extracciones de efectivo en los cajeros. Otros, como el exconsejero nombrado por el PSOE José María de la Riva llegó a invertir en un tratamiento en una clínica de talasoterapia en 2007 un total 1.753 euros.
Compras en joyería, como la realizada por el exdirectivo Matías Amat de 10.000 euros, el gasto en más de 11.100 euros en armerías por parte del exresponsable de Empresas de Caja Madrid, Carlos Vela,o los 6.436 euros en diversos viajes que se dejó el exconsejero de Hacienda de la Comunidad de Madrid, Ramón Espinar, son algunos de los importes destacados.
"UNA MALA PRAXIS"
Solo cuatro cargos de la entidad rescatada con más de 22.000 millones de euros no hicieron ningún gasto de su tarjeta opaca, entre ellos Francisco Verdú Pons, consejero delegado de Bankia. En su declaración como testigo ante Andreu confesó que rechazó adquirir la tarjeta b cuando Rato se la ofreció al considerarlo "una mala praxis", testimonio que posteriormente el expresidente de la entidad nacionalizada negó ante los medios.