Archivo - Un obrero trabaja en las obras de un bloque de viviendas

Según un reciente estudio realizado por UVE Valoraciones, las provincias gallegas de Lugo, Ourense, Pontevedra y A Coruña presentan un nivel limitado de viviendas iniciadas en los últimos 12 meses, lo que refleja una situación de estancamiento en el mercado de construcción de obra nueva. 

 

Estas cifras, contrastadas con las de otras provincias españolas, ponen de manifiesto una oferta todavía aún más insuficiente que en estas áreas, lo que podría afectar a la evolución del mercado inmobiliario en la región.

Grafica vivienda nueva

En la provincia de A Coruña, se iniciaron 1.739 viviendas durante el último año, mientras que Pontevedra registró 1.587 y Lugo, significativamente por debajo, contabilizó solo 584 viviendas nuevas. Por su parte, Ourense, con 381 viviendas iniciadas, se encuentra entre las provincias con menor actividad de todo el país.

 

Este bajo nivel de actividad contrasta con las provincias españolas más dinámicas en cuanto a construcción, como Madrid, Barcelona, Sevilla y Málaga, donde se concentran más del 59% de las viviendas nuevas iniciadas. A pesar de la menor demanda en comparación con estas grandes áreas metropolitanas, las cifras en Galicia sugieren un desequilibrio entre oferta y demanda de vivienda.

 

Consecuencias del déficit de obra nueva en Galicia

El escaso número de viviendas iniciadas en estas provincias gallegas agrava la tensión en el mercado inmobiliario, ya que la oferta de vivienda nueva no está logrando satisfacer la demanda actual ni futura. Este desequilibrio tiende a generar una mayor presión sobre los precios de las viviendas ya existentes, incrementando los costes para compradores y arrendatarios. Prueba de ello es lo que se está comprobando en este inicio de curso. Los trenes del Eixo Atlántico para los próximos meses ya están todos reservados. Hay una multitud de alumnos universitarios de Vigo, Pontevedra, A Coruña y Santiago que prefieren quedarse en la casa de sus padres en esa ciudad que meterse a alquilar un pisco carísimo en pésimas condiciones en otra urbe, sede de su facultad.

 

De mantenerse esta tendencia de baja actividad en la construcción, Galicia tendrá aún más dificultades para atraer nueva inversión y fijar población de parejas jóvenes,  los más afectados por las limitaciones para acceder a vivienda nueva. A largo plazo, esta situación puede derivar en una mayor migración hacia provincias con mercados inmobiliarios más accesibles y dinámicos, afectando negativamente a la ya envejecida pirámide de población.

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