Pablo Insua durante su etapa en el RC Deportivo

 

Mientras el Deportivo de La Coruña subía el Granada CF bajaba. La temporada 23/24 fue muy feliz para los herculinos, mientras que en el cuadro nazarí será recordada por ser especialmente catastrófica. Los andaluces se vieron obligados a reconstruirse y en ese proceso se hicieron con la contratación de uno de los defensores más solventes y experimentados de la categoría, el exdeportivista Pablo Insua, que después de dos cursos en Gijón aterrizó este verano en Los Cármenes para tratar de conseguir un regreso exprés a Primera División.

 

CASI UNA DÉCADA SIN VERSE

Insua es un futbolista acostumbrado a este tipo de retos. No es la primera vez que: hasta tres ascensos contemplan al de Arzúa: uno con el Deportivo, otro con el Leganés y otro con la SD Huesca, cuadro con el que, además, vivió dos descensos. Ahora regresa al que fuera su estadio después de varios cursos sin coincidir en la misma liga que el Dépor. 

 

De hecho, la más trágica de los blanquiazules, la 19/20 de su descalabro a Segunda B, fue especialmente dura para Insua, que solo pudo jugar siete partidos al empezar por aquel entonces su calvario con las lesiones -dos roturas del cruzado contemplan al defensor-. Ese curso, el último en el que se pudo medir al Dépor, estuvo ausente en los dos partidos. 

 

Tanto los coruñeses como Insua están ya recuperados de sus dolores y en plena forma. Hace casi ya una década que el central jugó sus últimos partidos con la zamarra del Deportivo de La Coruña. Este sábado será el encargado de frenar a Lucas Pérez, Mella y Yeremay toda vez que el mercado ha cerrado y la plantilla del Dépor está ensamblada para los retos que le vienen por delante. El Granada es la primera vara de medir las verdaderas aspiraciones de los de Idiakez, que tratan de devolver al club a Primera División, categoría de la que, por historia, nunca deberían haber salido. 

 

 

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