Kamala harris
 
Entre el 19 y el 22 de agosto se celebrará en Chicago la convención demócrata en donde los alrededor de los 5000 delegados ratificarán el ticket formado por Kamala Harris y el nombrado por esta para el importante papel de vicepresidente Tim Walz, cargo que tiene mucho peso en la política de los EEUU. Es ahora cuando una mujer de origen afroamericano podrá aglutinar a los votantes de las minorías así como él del voto femenino, en un momento crucial, donde el americano medio ve amenazado la pérdida de su poder adquisitivo, decantando su voto hacia las políticas populistas de Donald Trump. La figura de Kamala Harris emergió con fuerza al principio del mandato de Joe Biden, pero el propio presidente la solapó en su interés por querer volver a presentarse, sabiendo mejor que nadie que su salud se lo impediría y poniendo a los demócratas al pie de los caballos, acortando los plazos establecidos de una forma muy arriesgada y con varios frentes abiertos en la política internacional, en donde el actual mandatario estadounidense viene siendo un “pato cojo” desde sus caídas y equivocaciones en público, termino este que se emplea en aquellos políticos en la última etapa de su mandato y que no van a ser reelegidos. Kamala Harris se encontrará con una política exterior y varios frentes abiertos, por un lado un apoyo con reticencias pero a la vez nada disimulado hacia el gobierno israelí de Benjamín Netanyahu, la guerra que libra Rusia con Ucrania, así como la economía emergente de China y el conflicto de soberanía que esta mantiene con Taiwán, afectando a este último territorio y que obliga a aplicar unas políticas arancelarias y proteccionistas por parte de los países occidentales. La difícil relación de los EEUU. con los países árabes y con Asía, hace que nos encontremos con una situación geopolítica de mano dura pero a la vez tendida y aplicando diplomacia vaticana, que en este momento solo una mujer del perfil de Kamala Harris puede hacer frente. Por lo tanto los estados bisagras o swing states decidirán el próximo 5 de noviembre en unas elecciones presidenciales reñidas e importantes. Pensilvania, Michigan, Georgia, Arizona, Nevada y Wisconsin inclinarán la balanza hacia uno de los dos candidatos, habiendo una ventaja de tres puntos en una encuesta de esta semana de 48% 45% favorable a la actual vicepresidenta.

 
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