La elección de un colchón adecuado es particularmente importante durante las noches calurosas de verano. El exceso de calor puede provocar sudoración y un aumento de la temperatura corporal, lo que a su vez disminuye la calidad del sueño y provoca microdespertares o despertares frecuentes. Un colchón fresco y transpirable es esencial para evacuar el calor que nuestro cuerpo genera mientras dormimos.

 

Para disfrutar de un buen descanso en verano, es una buena idea apostar por colchones transpirables que permita la transpiración y la evacuación del calor. Algunos materiales, como la espuma con gel o los colchones de muelles ensacados, son excelentes opciones para mantener una temperatura adecuada durante la noche.

 

 Además, la ropa de cama debe ser 100% algodón y transpirable para evitar la sensación de calor. Hay que recordar que materiales naturales como el algodón o el lino permiten una mejor circulación del aire y una mayor absorción de la humedad, lo que contribuye a mantener el cuerpo fresco.

 

El soporte de la cama también juega un papel crucial. No es necesario que sea un somier, pero sí debe permitir una buena circulación del aire. Optar por soportes de cama con materiales transpirables puede mejorar significativamente la calidad del sueño. Realizar actividad física antes de caer la tarde ayuda a cansar el cuerpo y facilita la conciliación del sueño, siempre y cuando se evite el ejercicio justo en las horas previas a acostarse.

 

 

¿Ejercicio? Mejor con margen antes de ir a a la cama

 

Lo ideal es hacer ejercicio, darse una ducha, cenar y luego realizar alguna actividad relajante antes de dormir. Es recomendable evitar las comidas copiosas, el alcohol y la cafeína antes de dormir. Estos hábitos pueden interferir con el sueño y dificultar la conciliación del mismo. 

 

La luz emitida por los dispositivos móviles puede retrasar el momento de dormir, por lo que es aconsejable evitar el uso de estos dispositivos al menos una hora antes de acostarse. La temperatura de la habitación debe ser la adecuada antes de dormir. Mantener el cuarto fresco, evitando ruidos y luces que puedan interferir en el descanso, es fundamental para lograr un sueño reparador.

 

Además de los mencionados, existen otros consejos que pueden ayudar a mantener una buena higiene del sueño, especialmente durante el verano. Mantener un horario regular para acostarse y levantarse ayuda a regular el reloj biológico y mejora la calidad del sueño. 

 

Utilizar cortinas opacas o antifaces para dormir puede ayudar a bloquear la luz exterior y facilitar un sueño más profundo. Beber suficiente agua durante el día es importante, pero se debe evitar el consumo excesivo de líquidos antes de acostarse para no interrumpir el sueño con visitas al baño. Incorporar técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda o la lectura de un libro puede preparar el cuerpo y la mente para el descanso.

 

En resumen, para disfrutar de un buen descanso durante las noches calurosas de verano, es fundamental contar con un colchón fresco y transpirable, utilizar ropa de cama adecuada, adaptar el entorno de la habitación y adoptar hábitos saludables. Mantener una buena higiene del sueño y seguir estos consejos puede marcar la diferencia entre una noche de descanso reparador y una noche de insomnio.

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