El próximo martes, 25 de junio, a las 12:30 horas, se llevará a cabo una concentración frente a la Escuela Infantil Merlín en la Avenida Mahía, número 39 de Bertamiráns, Ames. Esta manifestación coincidirá con el inicio de los tres días de huelga convocados por las trabajadoras del centro que reclaman el pago de sus salarios pendientes y condiciones laborales seguras, tras más de un año de incertidumbre sobre sus remuneraciones.
Las empleadas de la Escuela Infantil Merlín han anunciado una huelga de tres días, desde el martes hasta el jueve para exigir a la administración el fin de retrasos en el pago de sus sueldos, situación que docem han soportado durante más de un año. Durante este período, alegan que han trabajado durante meses recibir sus salarios, cumpliendo sus responsabilidades laborales de manera ejemplar.
La delegada de personal de la CIG y el responsable de Enseñanza Privada de la comarca de Compostela, Rubén Monteagudo, han intentado mediar en la resolución de este conflicto. La empresa ha argumentado que la Xunta realiza los pagos de las matrículas con retraso, una justificación que no consideran válida, ya que es el mismo procedimiento seguido por otras escuelas infantiles privadas.
Desde abril, la representación de la CIG ha solicitado acceso a las cuentas de la empresa para verificar la veracidad de estas afirmaciones, pero solo han recibido información incompleta. Ante esta falta de transparencia, el sindicato pidió auditoría, que aún no se ha realizado después de dos meses. Actualmente, las trabajadoras tienen un salario pendiente y siguen sin saber qué ocurrirá con los próximos pagos.
Después de numerosas reuniones con el empresario y sus asesores durante el último año, la central dice que ante la falta de compromiso para pagar la nómina de mayo, las trabajadoras han decidido convocar esta huelga de tres días como una medida de presión final para asegurar su estabilidad. Las trabajadoras alegan que la escuela está en plena capacidad, con lista de espera, lo que demuestra su viabilidad y el reconocimiento social por parte de la comunidad educativa.
Las familias de alrededor de medio centenar de alumnos matriculados en la escuela apoyan las reivindicaciones de las trabajadoras, según la versión de la parte social.