El candidato de Junts a la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, durante una rueda de prensa para valorar los resultados de las elecciones catalanas, a 13 de mayo de 2024, en Argelès (Francia)

Dicen que después de plácido domingo viene el jodido lunes. En este caso, para el PSOE no lo fue el domingo, y este lunes está siendo jodido para el PSC. Tras haber ganado las elecciones autonómicas y el domingo las europeas con una amplia ventaja  resulta que los independentistas, Junts, ERC y la CUP, les birlan la presidencia del Parlament y la mayoría de la Mesa. Le han dejado la vicepresidencia segunda y las secretarias tercera y cuarta. Los Comunes de Colau se han vengado no apoyando a la candidata socialista, se la tienen jurada por la postura de Collboni.

 

La jugada planificada por Junts, ERC y la CUP no se ha improvisado, sino que estaba atada y bien atada, como lo demuestra el discurso que ya traía escrito el nuevo presidente del Parlament, Josep Rull. Discurso que no se improvisa en un día, sino que, por los datos, citas y demás, lleva su tiempo confeccionarlo.

ERC se la ha jugado al PSC. Los socialistas les habían ofrecido a los republicanos la presidencia del Parlament. Estos ni le respondieron a la oferta. Situación que no llegaron a comprender los negociadores de Illa, que al final se olieron la jugada. Salvador Illa no quiso hablar con los populares para darle sus votos, querían un puesto en la Mesa. El resultado: pues que ERC ha caído en los brazos de Junts, que tan mal le ha hecho pasar esta legislatura. ¿Quien ha sido la autora del cambio de opinión? La principal, la todavía secretaria general y huida en Suiza, Marta Rovira, que no era ni es partidaria de pactar con los socialistas. ¿Y eso de la izquierda dónde queda?

 

A las personas que han votado a los socialistas, y otros partidos constitucionalistas, se les ha quedado cara de idiotas. La mayoría de la ciudadanía de Catalunya, como demuestran los datos, no han votado lo que ha ocurrido este lunes en el Parlament, ni consideran que los representen.

 

Las dudas vienen cuando la gente se pregunta: ¿Sirven para algo las votaciones? ¿Las leyes y el respeto a las instituciones no afectan a los independentistas, que se las pasan por la entrepierna? Viendo lo sucedido en la segunda institución de Catalunya, la respuesta es sí. Lo mismo que el respeto que merecen esos votantes, es algo que no preocupan a los tres partidos que se han hecho con el control sin importarle los resultados,

El presidente Rull, que participó activamente en todo el batiburrillo del procés, fue condenado a diez y seis meses de prisión, pero fue indultado por el Gobierno, y solo estuvo en prisión 3 años y 4 meses. Y gracias al indulto ha vuelto a la política, sigue pensando lo mismo- y lo expresa- y ha llegado a la presidencia del Parlament de Catalunya. Eso solo ocurre en este país moderno que es Catalunya.

 

Si no se respetan los resultados electorales, si votar es solo un acto - un ejercicio que dicen democrático- y algunos partidos lo revierten en su beneficio, ¿alguien no entiende por qué sube la derecha, la ultraderecha y los populismos baratos de algunos? Los que los votan, sí.

 

El ya presidente Rull, dice de todos los catalanes  con su rosita amarilla luciendo en la solapa,  en su discurso, por cierto, el 90 por ciento hablado de las cosas que solo les interesa a los tres partidos que le han dado sus votos,  decía que “la esperanza es más fuerte que el miedo”. La verdad es que en este caso no se ha cumplido, porque la mayoría de la ciudadanía tenía la esperanza de un cambio en el país y, tras lo visto y oído, tira por tierra esa esperanza de cambio y ellos vuelven otra vez con los temas identitarios. En algún momento ha hablado de pluralidad, de integración, para reglón seguido manifestar a los venidos de otras tierras que: “ Yo soy de donde son mis hijos”. ¿Tiene que decir a la gente cómo se deben pensar y sentir? Claro que sí, se otorgan ese don. Decía Camilo José Cela que “seguimos en las mismas inútiles resignaciones… Es grave confundir la anestesia con la esperanza”.

 

Rull, volviendo al mantra Puigdemont, “consideraba una anomalía que un presidente de la Generalitat sea cesado por otro presidente”. Se le olvida que lo que hizo el presidente del Gobierno, en aquellas fechas, Mariano Rajoy, y fue ante el rumbo que había tomado el Gobierno de Catalunya. Aplicaron la ley. Esa que es aplicable a los demás, pero no a ellos, porque son intocables y desagradecidos. No le han dejado a Pedro Sánchez, ni unos meses de respiro después de haberse metido en el charco de la amnistía, que tantos problemas le está acarreando y que le puede costar la presidencia del gobierno.

 

Ahora hay que esperar al próximo día 25, en la que se tiene previsto la sesión de investidura, después de que Rull haya realizado la ronda de contactos y presentar al candidato que cuenta con más apoyos ¿Se presentará Puigdemont? Puede hacerlo, lo que ocurre es que no cuenta con los votos suficientes. Ante esta situación surrealista, la sombra de unas nuevas elecciones está más cerca que nunca. Siguiendo con Cela: “El otoño se ocupa de matar y el viernes de barrer”.

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