La selección española masculina de baloncesto se ha despedido de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro con una trabajada medalla de bronce tras derrotar (88-89) a Australia en un sensacional partido de Pau Gasol, autor de 31 puntos y 11 rebotes, en el que puede haber sido su última aparición como internacional.
Los alumnos de Sergio Scariolo han necesitado un final de infarto para poder subir al podio: a falta de 5 segundos, y después de un ir y venir de faltas y cestas, Sergio Rodríguez no falló desde el tiro libre y puso España un punto por delante. En esta última posesión del partido, la medalla dependía de la defensa y en Australia le ha temblado la mano.
10 MEDALLAS EN 15 AÑOS
El error de los 'aussies' ha valido el metal de España, la culminación a una época y en tres Juegos Olímpicos consecutivos subiendo al podio. En Pekín y Londres la mordedura fue de plata y la medalla de Río será recordada para siempre por ser la última. El abrazo final ha tenido un sabor mucho mejor que el bronce.
La España liderada por Gasol pasará a los libros de historia del deporte español. Una selección de éxitos inagotables -10 medallas en 15 años--, un equipo con mayúsculas con un carácter quijotesco que no valió para ganar los Estados Unidos, pero ha sido más que suficiente para hacer vibrar a todo un país que en los años ' 80 nunca hubiera imaginado a los suyos coqueteando con los 'inventores' de la canasta y la pelota naranja.
“DÉCADA GLORIOSA”
La selección del 'ba-lon-ces-to' cautivó España un verano de 2006 --campions del mundo-- y este domingo ha cerrado una década gloriosa con un bronce que ha cuajado desde el comienzo.
Los de Sergio Scariolo han tardado muy poco que ofrecer su mejor versión a pesar de la determinación de los australianos y, en concreto, de Patty Mills, el mejor jugador del partido con 30 puntos en su cuenta personal.
El nuevo compañero de Gasol en los Spurs de San Antonio ha sido el gran argumento ofensivo de Australia, ágil en el uno contra uno y preciso en el lanzamiento.