Recuerdo cuando iba al instituto y una huelga de estudiantes era poco más que un día de vacaciones. Mi madre no podía concebirlo: vivió sus años universitarios en plena transición. Las huelgas estudiantiles eran un acto atrevido e importante. Cuando revive esos días casi puedo sentir la ilusión de reiniciar el mundo solo con tocarlo, solo con pasar a formar parte de él.

Mi hermana mayor tuvo también su propia entrada al mundo. En Mayo de 2011 se pasó semanas acampada en la plaza, junto a un montón de chavales que quisieron reiniciarlo todo. Pero no les hicieron ni caso. Los llamaron perroflautas y los mandaron de vuelta al Mercadona. "Cuando una democracia es impermeable a algo como el 15M, se autodestruye" dijo mi hermana.


Hace 12 años que no tenemos una huelga general en España. Tuvimos una huelga de mujeres hace 6 años: el 8M de 2018 fue mi entrada al mundo.


Pero hoy voy a las manifestaciones y solo veo gente mayor. ¿Por qué no vamos los jóvenes? Creo que sentimos que no vale para nada. Así que mejor tuiteamos, o desconectamos ¿Es tan irracional? Parece que a día de hoy, un tuit o un vídeo viral impactan más que una manifestación masiva. Y la ignorancia te protege más que la acción colectiva. Las empresas atienden más a las reseñas de Google que a las denuncias de sus trabajadores, y C Tangana tiene más poder para joder al Pans & Company que cualquier sindicato.

En las manifestaciones veo también algunos padres con niños pequeños. Me los imagino hace 15 años en la plaza, con sus perros y sus flautas, y sé que están ahí sintiendo que no sirve para nada. Pero quieren que sus hijos sepan que aún así, hay que intentarlo. 

 

A la generación actual, en este momento crucial, les pido que lo intenten. Porque cuando uno se siente impotente, es cuando se vuelve impotente. Hay que intentarlo porque cuando sabes que algo es lo correcto, con hacerlo es suficiente. Todo suma, todo cuenta, la solidaridad nunca es inútil. Hay que intentarlo porque es así cómo se entreteje la historia de nuestras familias con la historia del mundo. Es así como entramos a formar parte de él, es ahí donde existimos: en la protesta. La gente normal no hacemos historia con nombre propio. Hacemos historia juntos. 

A los estudiantes que están montando hoy sus tiendas de campaña y pintándose la cara: bienvenidos. Bienvenidos al mundo, generación Z. Sois la gran revelación de la temporada, sois exactamente quienes os creéis: una generación nueva, preparada y lista para liderar un cambio. Gracias por intentarlo. ¡Viva la libertad del pueblo palestino! 


 
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