Chimeneas de cocina fantasma al lado de un colegio en Madrid

Las cocinas fantasma, “dark kitchens” o “ghost kitchens” son un negocio en expansión por todo el planeta. Centrándose únicamente en la elaboración de comida para entregar a domicilio mediante “delivery” , su trabajo a veces puede chocar abiertamente con la restauración más tradicional y también con las medidas de control sanitario y laboral exigidas por la ley. Hay quien las considera competencia desleal por abrirse paso en un nicho de mercado como es la entrega de comida a domicilio, modalidad a la que ya se ha apuntado los restaurantes tradicionales ante los buenos resultados que ofrece la entrega a domicilio de platos que no pierden cualidades en su transporte. Sin embargo, las cocinas fantasma no poseen espacios para clientes pues su objetivo es optimizar la producción de comida y su reparto mediante las plataformas Glovo, Uber Eats o Just Eats. 


 

¿COCINAS OKUPAS?

El caso más reciente de cocina fantasma ocurrió en A Coruña cuando un antiguo carnicero denunciaba que en su local, cerrado desde hace unos años, “operaban” varias cocinas fantasmas que se anunciaban en plataformas de reparto a domicilio o “delivery”. 
 

“Puede ser alguien que use esta dirección para hacer entregas fantasma aprovechando la flexibilidad del sistema “delivery” para darse de alta” señala Héctor Cañete de la Asociación Provincial de Hostelería de A Coruña. “Detrás puede haber alguien con necesidades económicas que ha usado un subterfugio, en tal caso, ya se ha hablado con las autoridades y con las plataformas que han cerrado las cuentas”. Actualmente tanto las autoridades sanitarias y fiscales están estudiando este asunto.
 

Además de esto, también le preguntamos a Héctor Cañete sobre la definición que puede dar sobre “cocina fantasma” desde el sector hostelero provincial de A Coruña: “alguien que se da de alta dentro de una plataforma o app de “delivery” sin tener un establecimiento reglado que cumpla con la normativa vigente”.

 

Motos de reparto para cocina fantasma denunciada en Madrid


 

¿QUÉ DICE LA LEY?

Según Ester Domínguez, abogada especializada en derecho digital del despacho deabogados EDMLEGAL, hasta hace poco en lo que respecta a la responsabilidad de las plataformas en línea o marketpklace y los contenidos que se proporcionaban “éstas podían eximirse de responsabilidad en la medida que la Ley 34/2002, de 11 de julio, de servicios de la sociedad de la información y de comercio electrónico (LSI) en su artículo 16 recoge que los prestadores de servicio de intermediación consistente en albergar datos proporcionados por destinatario de este servicio no serán responsables por la información almacenada a petición del destinatario”.

 

Sin embargo, para estar eximidas, las empresas de entrega a domicilio debían cumplir dos puntos: “que no tengan conocimiento efectivo de que la actividad o la información almacenada es ilícita o lesiona bienes o derechos de un tercero, o si lo tienen, actúen con diligencia para retirar los datos o hacer imposible el acceso a ellos”. 

 

No obstante, hace apenas un mes entró en vigor el nuevo Reglamento (UE) 2022/2065 del Parlamento Europeo y del Consejo de 19 de octubre de 2022 relativo a un mercado único de servicios digitales y por el que se modifica la Directiva 2000/31/CE (DSA), que introduce nuevas obligaciones para los proveedores de mercados en línea o marketplace. 

 

Como señala Esther Domínguez, el artículo 14 del nuevo reglamento “dispone que dichas plataformas deben asegurarse de que los vendedores proporcionen información verificada sobre su identidad antes de que puedan comenzar a vender sus productos en esos mercados en línea”. Además, deben garantizar que los usuarios puedan identificar fácilmente a la persona responsable de la venta. Y algo muy importante “si la plataforma tiene conocimiento de la venta de un producto o servicio ilegal por parte de un vendedor, debe informar a los usuarios que compraron el bien o producto ilegal, así como la identidad del vendedor y las opciones de reparación”. 

 

Pero además se añade que si los clientes son menores “se establece que las plataformas en línea deben restringir el uso a menores de los productos que no pueden adquirir”. En caso de incumplimiento, el Reglamento establece en su artículo 52 que los Estados miembros impondrán las sanciones pertinentes que pueden llegar a multas económicas de hasta el 1% de los ingresos anuales, o del volumen de negocios anual en todo el mundo del ejercicio fiscal anterior que hayan obtenido dicha plataforma. Por tanto, con esta nueva norma se pretende responsabilizar a las marketplace o plataformas en línea de los servicios que publicitan o venden de terceros como intermediarios. 

 

Ghost Kitchen, cocina fantasma


 

¿Y LAS PERSONAS CONSUMIDORAS?

Ante un fraude en línea conviene denunciar el hecho directamente a la plataforma y si esto no funciona la recomendación es presentar una denuncia ante la Oficina de Consumo, que es el organismo destinado a investigar acciones fraudulentas y aplicar las sanciones correspondientes según la normativa vigente.

 

En el caso de establecimientos que utilicen las plataformas de delivery para obtener licencias de actividad o promocionarse, Domínguez explica que “es necesario solicitar a la plataforma la identificación de estos terceros y sus datos de contacto”. Una vez hecho esto, “se realizarán los procedimientos legales pertinentes para detener estas prácticas y obtener una reparación por los daños causados”.

 

Una consecuencia de las malas praxis por parte de las cocinas fantasma es la mala posición en que pueden quedar las plataformas de entrega ante el público. En tal caso, ¿estas plataformas suponen un elemento disruptor dentro del campo de la restauración? “Estamos de acuerdo con el sistema de delivery porque ofrece un servicio de entrega para que el cliente disfrute de su restaurante favorito o porque ofrece simplemente comodidad y por otra parte, son ventas a mayores” señala Héctor Cañete.

 

Las conclusiones que se sacan de lo sucedido en Coruña y otras partes de España con las cocinas fantasma, son que muchas veces no ofrecen las suficientes garantías en cuanto a seguridad en la elaboración y calidad de los alimentos preparados. Por otra parte, desde hace un mes las plataformas digitales de reparto sí tendrán que asumir responsabilidades ante malos usos y facilitar datos sobre el lugar de elaboración del plato cocinado.

 

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