Un peregrino contempla la Catedral de Santiago en una imagen de Unatours

 

El Camino de Santiago está de moda, siempre lo ha estado, pero  en los últimos años mucho más. Si las rutas más habituales y  conocidas como el Camino Francés desde Sarria hasta Santiago  siempre han recibido una gran cantidad de peregrinos durante todo el  año, en los últimos 5 años mucho más.  

 

Es aumento de peregrinos aumenta en épocas como el verano o la  Semana Santa y se ha extendido a otras variantes del camino menos  frecuentes y conocidas. 

 

Eso está bien, sin duda el Camino de Santiago es una parte del  patrimonio cultural, artístico, religioso y deportivo de España del  que ningún otro país puede presumir. Pero ha hecho que surjan otros  problemas.  

 

El Camino siempre ha sido un referente y desde la pandemia de  Covid la afluencia de peregrinos no ha hecho sino aumentar.  Reconforta ver que en los momentos más difíciles el ser humano  sigue recurriendo a sus valores y lugares espirituales de referencia  que le permiten conectar con la naturaleza y con su propia  humanidad.  

 

Evolución anual del número de peregrinos en el Camino de Santiago

 

El problema de alojamiento del Camino de Santiago 

Pero esta situación ha generado un problema de alojamiento. El  creciente aumento de peregrinos ha hecho que los alojamientos no  den abasto en muchos momentos a dar respuesta a la demanda.  

 

En las épocas de temporada alta conseguir una plaza en un  albergue público se ha convertido casi en una lotería. Muchos  peregrinos admiten que en las etapas más concurridas hay que  comenzar a caminar a las 4 de la mañana e ir a ritmo olímpico para  conseguir una de las plazas en un albergue público.  

 

Esta situación se agravó con la presencia de turistas (no  peregrinos) que intentan aprovechar la red de albergues públicos  para conseguir un alojamiento barato.  

 

Tanto es así que en 2023 la Federación de Asociaciones del  Camino Francés tomó la decisión de no aceptar maletas en sus  albergues, 11 en total. La explicación era clara: los peregrinos llevan  mochila a su espalda, los turistas maletas con ruedas. Y en sus  albergues aceptan peregrinos, no turistas.  

 

La solución al problema del alojamiento 

Conseguir una cama tras la etapa en ciertas zonas del Camino se ha  convertido en una aventura o misión imposible que ni Tom  Cruise podría acabar con éxito.  

 

En esta situación recurrir a una Agencia Camino de Santiago es  una opción inteligente y cada vez más demandada.  

 

Este tipo de agencias se encargan de reservar los alojamientos,  servicio de asistencia durante la ruta e incluso otra serie de servicios.  

 

Descargan al peregrino de los aspectos logísticos que tan  difíciles se han vuelto, le permiten centrarse en lo importante:  disfrutar de una experiencia espiritual y deportiva, del paisaje y la  naturaleza. 

 

Los que amamos el Camino nos gusta que esta tradición nunca se  pierda y cada día más peregrinos aprendan a amar este sendero que  más que un simple ejercicio físico es una experiencia espiritual y  personal que te transforma. 


 

POWERED BY BIGPRESS