Así lo señala la plataforma No In Europe, una red de activistas favorables a Ucrania que defiende la “ejecución completa del quinto paquete de sanciones de la UE a Rusia”. Los activistas llevan años denunciando que el navío turístico burla las sanciones aprovechando unas excepciones a las normas del boqueo comercial que, entienden, no se le debería aplicar.
VERSIÓN DEL ARMADOR
Por su parte, la línea de argumentación del dueño del Shtandart es que en realidad un barco “anti-Putin”, que está gestionado por personas que tuvieron que exiliarse y realiza una labor meramente cultural.
"Nuestro barco y la tripulación nunca fueron parte de ninguna propaganda rusa. De hecho, el barco y su tripulación fueron efectivamente prohibidos en Rusia por personas cercanas a Vladimir Putin hace 10 años. STS Shtandart nunca entró en aguas territoriales rusas desde entonces, siendo obligado a vivir en el exilio", declaró a Galiciapress el capitán Vladimir Martus en 2022.
Por entonces, el navío -una reconstrucción de un barco del imperio zarista- recaló en Vigo. Estaba prevista su participación en un evento patrocinado por el Xacobeo de la Xunta de Galicia, pero se cayó de la programación oficial tras las protestas de refugiados ucraniagos como los de la Asociación Girasol.
La competencia de qué excepciones se pueden aplicar a la prohibición de recalada para barcos de Rusia, salvo situaciones de emergencia, depende de un organismo estatal, Puertos del Estado.
Según figura en la Organización Marítima Internacional, el ente oficial en el que deben registrarse los barcos que hacen singraduras internacionales, la fragata es un buque escuela propiedad de una sociedad llamada "Shtandart Project" domiciliada en San Petesburgo, Rusia.
Shtandart, según su calendario público en Telegram, tenía previsto la llegada a Vigo el 2 de marzo e iba partir para Tánger el 3. El 22 y el 23 de abril ha anunciado su presencia en A Coruña antes de partir hacia su puerto base, en La Rochelle, Francia.
Con todo, su ubicacion es difícil de precisar. La citada plataforma denuncia que ha apagado su sistema de localización, vía satélite. En los portales comerciales que funcionan en base a estos satélites la última señal pública es de hace casi dos años.
El navío se promociona ofreciendo travesías que mezclan lo turístico con el atractivo de aprender cómo navega un gran buque de vela. Por ejemplo, el viaje de Vigo a Tánger se publicita por un precio de unos 600 euros.
Las arribadas del barco escuela se producen en un momento en el que la Unión Europea ha anunciado la militarización de la economía para hacer frente al avance del Kremlin en Ucrania, en parte debido al fracaso del programa de sanciones impuestas por Occidente, que los de Vladimir Putin han sabido esquivar.