La precampaña autonómica empezó marcada por los selfies y memes del Toconao y a derivado hacía un anuncio masivo de subvenciones a aquellos colectivos que suelen votar o pueden votar en contra del PP de Galicia.
No tendría mucha lógica política subvencionar a las personas mayores con pocos recursos o que sobreviven con pagas que no llegan ni a mitad del mes pues el colectivo más senior es fiel a su voto regalado a la derecha mientras que los votantes del exterior suelen ser un poco más “izquerdosos”, por este motivo, la rueda imparable de Rueda anuncia a bombo y platillo toda clase de medidas para fomentar en retorno de aquellos que escaparon de la Galia por motivos muy duros y diversos, quieren comprar su voto, con el dinero de todos es muy sencillo regalar promesas como la vuelta al terruño.
Es evidente que la conexión telefónica del exterior con los familiares de aquí jugará un papel decisivo en la elección final de esa decisión tan importante para el futuro 18F. Con un cheque de 550 euros pretende la Xunta resolver todos los problemas del sector marisquero gallego con la esperanza de que ese sea el precio de cada papelera en estos comicios.
Se vuelve a olvidar de los más desfavorecidos pues son conscientes en la fachosfera gallega de que no será determinante el votante en situación de exclusión social pues hasta entre los más desatendidos existe un amplio electorado derechoso, aunque parezca ilógico, pero los motivos personales que animan a las personas a elegir un color u otro es un misterio difícil de comprender.
Las encuestas reflejan la lógica subida de la señora Pontón, del BNG, que se presenta apoyada por los refugiados de guerra escapados de Sumar además de su nueva imagen de triunfadora anticipada, son mucho de poner el carro antes de los bueyes, no os extrañéis, el trastazo viene el día después del recuento. Por otro lado la imagen moderada del Señor Besteiro y su buena planta suman algo más en los pronósticos, a pesar de que sus promesas no están sustentadas de forma sólida en ningún proyecto real y firme, son las promesas de siempre pero esta vez las promete el partido que dirige Madrid con apoyo de muchos y ante el asombro de demasiados.
A Podemos, a Sumar, a Vox y a Democracia por Ourense ni los colorean en la media luna de los sondeos, de algunos, según quien los encargue, si bien la realidad es que presentarse, hacer campaña, mover cielo y tierra, para después quedar a las puertas de Roma es un duro trago que está muy bien pasar para aprender que las coaliciones tienen más posibilidades que esas aventuras en solitario que pueden salir mal o , quien lo sabe, igual tenemos sorpresa este año. Los que menos lo merecen en muchas ocasiones acaban dando en la diana.