Trece años hacía del último concierto de Iron Maiden en Galicia, así que la expectación era máxima. Y los británicos no defraudaron. Miles de personas llenaron el recinto del Resurrection Fest, en Celeiro (Viveiro, Lugo) para corear algunos de los temas ya clásicos de la banda de Bruce Dickinson.


El concierto se encuadraba dentro de la gira mundial de presentación del último disco, 'The book of souls', y con dos canciones de este álbum, 'If Eternity Should Fail' y 'Speed of Light', arrancó el recital.


No fue hasta que sonaron los acordes de 'Children of the Damned', de 'The Number of the Beast', cuando la emoción se empezó a notar entre el público, que siguió algo frío en 'Tears of a Clown' y 'The Red and the Black', también de 'The book of souls'.


Pero entonces llegó 'The Trooper', Dickinson se enfundó la mítica chaqueta roja e hizo ondear la bandera de Reino Unido y, al margen de cualquier implicación política actual o pasada, los fans desataron su pasión.


A partir de ahí empezó el 'show', con varias apariciones de Eddie the Head, el icono del grupo y un Dickinson que reivindicó un festival hecho "por fans y para fans".


Tras 'Powerslave' vinieron 'Death or Glory' y 'The Book of Souls', 'Hallowed Be Thy Name', 'Fear of the Dark' y 'Iron Maiden', en la que pareció ya una segunda parte del concierto, que terminó, en los bises y tras dos horas que pasaron rápido, con 'The Number of the Beast', 'Blood Brothers' y 'Wasted Years'.


LA EDICIÓN MÁS MULTITUDINARIA


Esta fue una de las ediciones más multitudinarias del Resurrection Fest, que agotó los abonos para los tres días y ya desde el 'pre-Resu', el miércoles, con grupos como Narco y Skindred, demostró capacidad de convocatoria pese a la lluvia y a la tormenta eléctrica.


El primer día grande tuvo a los daneses Volbeat como cabeza de cartel, pero la opinión entre los asistentes es que fueron otras bandas que tocaron antes las que sobresalieron ese día, como Walls Of Jericho, cuya cantante, Candace Kucsulain, dejó asombrado a más de uno; o el metalcore de While She Sleeps.


A primera hora los viveirenses Tierra Hostil abrieron el festival, que también tuvo espacio para otras bandas emergentes como los andaluces de 'screamo' Viva Belgrado.


La pedida de mano en el concierto de Crisix, el punk de los referentes Bad Religion, los siempre esperados Bring Me The Horizon y la potencia mexicana de Brujería fueron otras de las claves de la jornada.


Ya el viernes, una de las presencias más ansiadas, y aclamada después, fue la de los franceses Gojira. Previamente, Being As An Ocean se impuso al sol y congregó a muchos 'resus' bajo el Ritual Stage.


The Offspring no decepcionaron ("están mayores pero lo hacen bien, suenan como los cedés", comentaba el público), como tampoco Madball y Turisas, y el día acabó con el tributo a Sistem Of A Down de los portugueses Abaixo Cu Sistema.


La última jornada no todo fue Iron Maiden: los anfitriones True Mountains, Bullet For My Valentine, Municipal Waste, Abbath y muchos otros que dejaron al público casi sin fuerzas, pero con ganas de mucho más 'Resu' en 2017.

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