Foto: EP

 

Una sed insaciable, pérdida de peso, un aumento del número de visitas al cuarto de baño para orinar...son muchos los síntomas que delatan que podemos padecer diabetes de tipo 2, la variante que representa el 95% de casos de esta enfermedad. Sin embargo, son todavía muchos los que desconocen que sufren esta patología, según los últimos datos que acerca la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), que por el Día Mundial de la Diabetes quiere poner el foco en una detección precoz de la dolencia. 
 

Desde SEEN subrayan en su campaña ‘Poniendo luz en la diabetes oculta’ en que la mitad de los enfermos de diabetes tipo 2 no saben que padecen esta enfermedad. Son casos en los que, aunque los niveles de glucosa no cumplen los criterios de la diabetes, no pueden ser considerados tampoco como completamente normales y merecen un seguimiento especial.

 

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

El doctor Gómez Peralta, del Área de Diabetes de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), remarca que “estas situaciones pueden ser valoradas contemplando una serie de factores de riesgo, como la edad, el índice de masa corporal (peso y talla), el perímetro de la cintura, la actividad física, la ingesta de frutas y verduras, la presencia de hipertensión, los antecedentes de glucosa elevada y los de familiares con diabetes”.

 

No obstante, son las personas de edad avanzada las que corren más riesgo de padecer la enfermedad, así como entre la población que padece obesidad o que lleva un ritmo de vida sedentario sin actividad física. El doctor Gómez también refiere que "la mitad de las personas que padece diabetes tipo 2 no ha sido identificada", motivo por el que insisten en la necesidad de concienciar a la población para que se someta a reconocimientos periódicos y acuda a los cribados de cara a lograr un diagnóstico precoz en caso de enfermedad y poder establecer un tratamiento en el menor tiempo posible. 

 

“Las personas con diabetes tipo 2 pasan muchos años con niveles elevados de glucosa antes de ser diagnosticadas, ya que la hiperglucemia se desarrolla gradualmente y, en los primeros estadios de la enfermedad, los niveles de glucosa en sangre no son tan elevados para asociarlos a los síntomas típicos de la enfermedad”, indica. 

 

De esta forma, las personas con un riesgo elevado de desarrollar la enfermedad pueden retrasar su aparición con un sencillo cambio de hábitos, una dieta personalizada y un aumento de la actividad física. “Los programas de cribado como la revisión oftalmológica, la evaluación de la función y el daño renal o la exploración de los pies están dirigidos a identificar las complicaciones asociadas a la diabetes cuando aún se encuentran en fases iniciales permitiendo reducir el riesgo de progresión a fases más avanzadas con el consecuente deterioro significativo de la calidad de vida (problemas cardiovasculares, disminución de la visión, enfermedad renal avanzada o heridas vinculadas con el pie diabético)”, agrega el galeno. 

 

“Hay que tener también en cuenta que el control de peso es un componente muy importante en el tratamiento de la diabetes tipo 2 que puede modificar de una manera significativa la evolución natural de la enfermedad posibilitando, en algunos casos, llegar incluso a una situación de remisión de la enfermedad”, concluye. 

 

 

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