Los médicos que componen un hospital son una pieza fundamental, pero sólo parte del complejo engranaje de un sistema sanitario eficiente, que se compone de un gran número de profesionales que van desde los doctores hasta los enfermeros, pasando por los celadores, los conductores de las ambulancias, el personal encargado de la limpieza de las estancias y hasta los trabajadores de la cafetería. Pero, habitualmente, se pasa por alto otro puesto de una importancia capital, ya que sin él el sistema se caería por su propio peso. Hablamos, claro está, del secretariado médico.
La figura de un secretario médico es indispensable en el ámbito sanitario, aunque muchas veces obviamos todas las funciones que cumplen para el correcto desarrollo de los mecanismos que rigen la sanidad tanto pública como privada, dos sectores que, de manera irremediable, cuentan con una altísima carga de burocracia, peso que en gran parte sostienen estos profesionales con la gestión de la documentación que manejan en los centros de salud, clínicas u hospitales. Es, además, una de las profesiones con más salida por la gran variedad de opciones que existen y uno de los perfiles más demandados dentro de un sector que necesita más profesionales de este estilo.
De igual manera, en la mayoría de casos son los encargados de recibir a los pacientes en los centros. Se convierten, de esta forma, en la primera persona que ve un paciente, por lo que son la primera impresión de muchos usuarios. Toman sus datos, los incorporan al registro o les proporcionan la información que precisan sobre la consulta a la que deben dirigirse.
Además, en la administración se encargan también de anotar las citas médicas, gestionarlas, programarlas y notificar cualquier tipo de incidencia o cambio a los usuarios. De la misma forman, también cumplen la función de intermediarios, no solo recordando las citas o los resultados de las pruebas, sino haciendo llegar al paciente todos los apuntes o consejos que puedan transmitir los galenos, ya sea de forma presencial como mediante una llamada telefónica o el envío de un mail, ya que las nuevas tecnologías abren esta posibilidad para una atención más directa y telemática.
También actualizan los expedientes médicos, que se trata de información médica relevante, como los informes de laboratorio o las notas de los sanitarios. En el caso de los profesionales de la sanidad privada, también se encargan de asuntos como la facturación de los servicios médicos prestados o aspectos como reclamaciones de seguros médicos, lo que incluye la verificación del seguro en determinados casos.
Por otra banda, dentro de lo que podemos considerar como el cumplimiento normativo, entre las funciones del secretario médico está la de garantizar que se cumplan todas las regulaciones y normativas relacionadas con la atención médica y la privacidad de los datos de salud, como la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD) y la Ley de Autonomía del Paciente, así como mantener una colaboración estrecha con el personal sanitario para garantizar que la atención a los usuarios se dispense de una forma eficiente y adecuada.