Pronto, demasiado pronto, se le vieron las costuras al Celta de Rafa Benítez. El cuadro celtiña cuenta con una plantilla descompensada que hace pensar que los que están hoy en Balaídos no son suficientes para amarrar la permanencia en el año del centenario. La grada pide cambios y fichajes, al igual que el cuerpo técnico, que ya lanzó varios mensajes de que están esperando a enero para lanzar sus redes en busca de algún jugador que complete la formación de los olívicos. Sin embargo, la ajustada economía del Celta no permite muchas piruetas, aunque poco a poco van surgiendo oportunidades de mercado que resultan seductoras para la secretaría de Luis Campos. Una de ellas es una joven-vieja promesa de nuestro fútbol, venida a menos por las malas decisiones pero cuyo talento es incuestionable.
Nos referimos al díscolo Ilaix Moriba, un futbolista salido de la cantera del Barcelona pero al que la prisa por querer convertirse en la estrella en la que estaba llamado a convertirse lo hizo perderse por un camino en el que ahora no es capaz de encontrarse. Vendido al RB Leipzig después de enrocarse en sus pretensiones en el Camp Nou, Ilaix encadenó cesiones en el Valencia, donde nunca rayó al nivel esperado pese a contar con oportunidades más que de sobra. Cierto es que la dinámica del club che tampoco ayudó a su progresión.
Con 20 años -cumplirá 21 el próximo mes de enero-, Ilaix vive su temporada más negra. Inédito en lo que va de temporada, en Alemania no le encontraron acomodo en verano y el guineano terminó apartado de la disciplina del Leipzig. Su cotización ha caído de los 25 millones en los que llegó a estar valorado a los 4 "kilos" actuales.
Así las cosas, con su futuro en el aire, en Vigo tantean la posibilidad de darle una oportunidad. Es, a priori, un jugador del gusto de Benítez al ser un estilo propio de la Premier League: superdotado en el aspecto físico, Ilaix puede actuar como box to box por su potencia, pero además no descuida el aspecto técnico. En Vigo podría encontrar un ecosistema idóneo para seguir creciendo.
Sin embargo, a la contra juega su indisciplina y el hecho de que el centro del campo del Celta ya es muy muy joven, por lo que tal vez el perfil que busquen en el banquillo celeste sea el de un futbolista experimentado y no tanto un diamante en bruto. La opción existe y sería una operación no muy costosa en la que el Leipzig pondría todas las facilidades. No será el único que llame a su puerta. Queda saber quién será el más insistente.