La nueva Ley de Bienestar animal ha provocado una serie de cambios en lo que al cuidado de nuestras mascotas se refiere. El texto trata de dotar de más seguridad jurídica a los animales de compañía, pero los críticos con la norma aventuran un "efecto abandono" a raíz de su entrada en vigor. De darse, muchas protectoras pueden verse desbordadas, algo que no pueden permitirse en el refugio de animales do Bando, en Santiago, donde UGT denuncia las condiciones de la instalación.
El sindicato subraya el "el total abandono del personal e instalaciones" de la perrera compostelana. Hasta el momento, la administración no ha dado respuesta a sus reclamaciones, que giran en torno a la "falta total de limpieza en sus instalación de vestuarios, espacio de descanso, cocina, zonas utilizadas por los usuarios del centro...", problemas que se remontan a un lustro atrás.
"Tienen que compartir la cocina donde se realiza el descanso y se come, con el espacio donde se lava el material sucio (mantas, toallas,...) de los animales; todo el material veterinario está obsoleto; la instalación eléctrica es caótica, con peligro de electrocución por la cantidad de humedad que se filtra por las paredes; las puertas metálicas de los caniles que se abren diariamente varias veces están faltas de mantenimiento con bisagras rotas lo que ponen más en riesgo al personal", inciden en su comunicado.
En esa línea, reprochan la "falta de seguridad e higiene" en la perrera, si bien eso no ha impedido a los trabajadores del centro "realizar sus tareas diarias con suma entrega y profesionalidad". Sin embargo, el aumento en el número de llegadas de perros y gatos hace que el sindicato reclame más efectivos al encontrarse "desbordados de trabajo" y encontrarse "al límite de sus fuerzas y aguante".