El huevo, un alimento versátil y apreciado, se convierte en un blanco fácil para la Salmonelosis, una intoxicación alimentaria de verano. Transmitida por bacterias portadoras de aves y sus derivados, como el huevo, la Salmonelosis afecta principalmente al sistema digestivo, generando molestias en el intestino.
Estas son algunas medidas de prevención cruciales para que la salmonelosis no se cruce en nuestro camino:
- Lavado Frecuente de Manos: Un simple gesto que marca la diferencia.
- Contaminación Cruzada Evitada: Separa alimentos crudos de cocinados para prevenir propagación.
- Opta por Huevina: En lugar de consumir huevo crudo, elige sustitutos seguros.
- Conservación y Limpieza: Mantén los alimentos refrigerados y bien lavados.
- Agua Potable, la Elección Correcta: Utiliza solo agua segura para cocinar y beber.
- Consumo Inmediato Post Cocinado: Evita dejar alimentos cocidos al aire libre.
- Cocinado Riguroso: Asegura que los ingredientes estén bien cocidos antes de consumir.
La salmonelosis se contagia de manera sencilla a través de alimentos y agua contaminados. Animales como vacas y gallinas pueden infectarse a través de heces durante la matanza, mientras que peces de aguas contaminadas también pueden transmitirlo. Incluso las verduras, si no se lavan con agua adecuada, pueden ser portadoras.
Los síntomas como fiebre, diarrea, dolores musculares y vómitos se manifiestan entre 8 y 48 horas después del consumo de alimentos infectados. En casos leves, una dieta blanda y paracetamol pueden ayudar a la recuperación. Sin embargo, la deshidratación es un riesgo, por lo que es vital consultar a un médico, recomiendan desde el Servicio de Alergología del Hospital Universitari Sagrat Cor.