Junts estirara el chicle con Puigdemont y su amnistía así como con el referéndum, pero todo el bloque de izquierdas llegará a un acuerdo cogido con hilos ya que la otra opción para ellos sería políticamente inviable a nivel de réditos electorales
El resultado de las últimas elecciones generales ha dejado un panorama político convulso y polarizado, sin entrar de forma excesiva en cálculos aritméticos, la cosa se divide fundamentalmente en dos bloques ideológicos en donde y haciendo microcirugía política, Pedro Sánchez si quiere reeditar su gobierno de coalición tendrá que ceder ante las pretensiones de los independentistas y otras menores del resto de formaciones que lo apoyarían, excepto la autodeterminación ya que la propia Constitución se lo impide, la misma que le permite y con los números en la mano "aunque justos" formar el citado bipartito.
Junts estirara el chicle con Puigdemont y su amnistía así como con el referéndum, pero todo el bloque de izquierdas llegará a un acuerdo cogido con hilos ya que la otra opción para ellos sería políticamente inviable a nivel de réditos electorales cada cual más dispar. Por lo tanto, los 7 diputados de Junts con abstenerse o votando a favor de manera ya más holgada ésta última opción, sería suficiente para reeditar la gobernabilidad de Sánchez dentro de los dos meses de plazo que marca la ley o repetir elecciones, escenario éste último que el actual presidente en funciones no contempla.
España es plural, así figura en la Constitución y dicho planteamiento lo manifestaron siempre los dos partidos mayoritarios, eso sí a su conveniencia.
Dejo para el final al partido que más votos y diputados sacó pero a pesar de lo fragmentado del Congreso los números no les dan para formar un gobierno solo con el apoyo de los 33 representantes de VOX y 1 de UPN.
Nos encontramos dentro de la ley y todas las opciones que da ésta para entre otras cosas que la formación con más apoyo electoral sea la primera en iniciar la ronda de contactos dentro de todo el formalismo que ello conlleva, pero dicha opción no es la única.
Feijóo cometió errores de bulto durante la campaña al igual que Sánchez pero la puesta en escena de éste último y el control de los tiempos y su dominio de la ingeniería política por no citar otras estrategias de distinta relevancia hicieron de Feijóo simplemente un tecnócrata y gestor, con ambiciones, legítimas, eso sí, y con indefiniciones en lo que se refiere a pactos tras las municipales y autonómicas o las pensiones y por lo tanto con una ideología de quita y pon. Conclusión, el Título IV art. 99 de la Carta Magna así como la ley electoral prevé ésta situación política que es el escenario abierto en el que nos movemos actualmente.